Lo que está pasando al PSOE ahora no tiene nombre, no escribo parangón porque, desgraciadamente, ya lo hemos vivido anteriormente con otros (¿todos?) gobiernos. La corrupción no tiene color político, el poder y el dinero, que van siempre juntos o lo intentan, acaban por emponzoñar la virtud o la falta de ella que muchos políticos, no todos (espero), tienen. Flaco favor le hace esta gentuza a la democracia, abono para la ultraderecha, el peor ejemplo del mundo para mostrar a las nuevas generaciones. Ignoro qué debe hacer Pedro Sánchez, aunque en anteriores ocasiones he escrito que mejor dar una bofetada sin manos cuando es el momento y éste podría serlo. Convocar elecciones porque sí y que gane el que los españoles decidan, y si es el momento de que gane el PP, o sea de que pueda formar Gobierno, pues adelante. En cualquier caso, estando el río revuelto como está, existen mecanismos para intentar un cambio, mecanismos legales como la Moción de Censura, claro que esto es siempre un arma de doble filo. ¿Se gana por el mérito de uno o por el desmérito del otro? Todo sea por terminar de una vez con el esperpéntico circo que se monta en el Congreso de los diputados. Ni Luces de bohemia.
PD. La antigua Grecia tenía una visión muy negativa de la corrupción, considerándola una amenaza para la virtud, la justicia y la estabilidad de la ciudad-estado, y desarrolló mecanismos para combatirla.
Ostracismo: este sistema permitía desterrar a aquellos ciudadanos que se consideraban peligrosos para la polis debido a su ambición o corrupción.
Vigilancia ciudadana: los ciudadanos tenían la responsabilidad de vigilar a los gobernantes y funcionarios, denunciando cualquier acto de corrupción.
Consejo (Boulé) en Atenas: la Boulé, un consejo encargado de preparar las decisiones de la asamblea popular, estaba compuesto por ciudadanos elegidos por sorteo, lo que evitaba el control de un solo grupo político y fomentaba la imparcialidad


No hay comentarios:
Publicar un comentario