sábado, 21 de junio de 2025

FINAL DE TEMPORADA


Anduve dudando sobre abonarme a la temporada 25-26 de la Sinfónica de Tenerife, que por cierto dio ayer su último concierto de ésta, 24-25, para decidir finalmente no abonarme y comprar las entradas sueltas de aquellos conciertos que más me interesen -ya está el programa completo publicado, el cual me llegó por correos hace un par de semanas-. Entre aviones y compromisos varios esta temporada me perdí muchos de los conciertos, y no es plan de repetirlo de nuevo. Debo ahora entretenerme escrutando concienzudamente la lista de conciertos para comprar ya las entradas y apuntar los días clave en sendos calendarios de mesa repartidos entre Gran Canaria y Tenerife, a los que por cierto soy adicto.
El concierto de anoche fue fantástico, las tres obras, aunque ¿qué mejor que la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorak como colofón?
Ya la cosa pintaba bien con el director y la violinista solista: Joseph Swensen y María Dueñas. He aquí unas notas brevísimas.
Joseph Swensen (nacido en 1960) es un director de orquesta , violinista y compositor estadounidense . Ha recibido numerosos premios, entre ellos el Premio de Patrocinio de la Fundación Leventritt y el Premio a la Carrera Avery Fisher. En el año 2000, Swensen recibió un doctorado honoris causa de la Universidad de St. Andrews , Escocia. [ 1 ] En 2014, impartió una charla TEDX titulada «Hábitats para la música y el sonido de las matemáticas» sobre la educación musical y el desarrollo cerebral en el Instituto de Tecnología de Nueva York. 
María Dueñas Fernández (Granada, 4 de diciembre de 2002) es una violinista y compositora española. En 2021 ganó el primer premio en el Concurso Yehudi Menuhin, en la categoría sénior. Es considerada la violinista española con mayor proyección a nivel internacional, y una de las mayores promesas a nivel mundial de su generación.
Al llegar al hall del auditorio me encontré, de manera sorpresiva, con un representativo grupo de mis amigos más íntimos. Departimos un rato y nos emplazamos para cenar la semana que viene. El auditorio, con lleno absoluto, aplaudía y aplaudía para delicia del director, que no paraba de sonreír, saludar y despedirse con las manos; se despidió públicamente a una profesora que cambiaba de orquesta tras 20 años en ésta, panegyricus y ramo de flores incluidos y disfrutamos también no sólo del violín de María Dueñas sino de una maravillosa propina.
Tras el final todos a casa. Esta mañana avión de nuevo. 
¡Ah!, sí, la cena ya programada.





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