lunes, 29 de abril de 2024

PARA VOMITAR

  

TRAS SÁNCHEZ, LOS PERIÓDICOS→

El discurso:
“Buenas tardes. Como saben, el pasado miércoles escribí una carta dirigida a toda la ciudadanía. En ella les planteaba si merecía la pena soportar el acoso que desde hace diez años sufre mi familia a cambio de presidir el Gobierno de España. Hoy, tras estos días de reflexión, tengo la respuesta clara. Si aceptamos todos como sociedad que la acción política permite el ataque indiscriminado a personas inocentes, entonces no merece la pena. Si consentimos que la contienda partidista justifique el ejercicio del odio, de la insidia y de la falsedad hacia terceras personas, entonces no merece la pena. Si permitimos que las mentiras más groseras sustituyan el debate respetuoso y racional basado en evidencias, entonces no merece la pena. Por muy alto que sea, no hay honor que justifique el sufrimiento injusto de las personas que uno más quiere y respeta, y ver cómo se intenta destruir su dignidad sin el más mínimo fundamento.

Tal y como les anuncié, necesitaba parar y reflexionar sobre todo ello. Y sé que la carta que les envié pudo desconcertar, porque no obedece a ningún cálculo político. Y es cierto. Soy consciente de que he mostrado un sentimiento que en política no suele ser admisible. He reconocido ante quienes buscan quebrarme, no por quien soy, sino por lo que represento; que duele vivir esta situación, que no deseo a nadie. También porque sea cual sea nuestro oficio, nuestra responsabilidad laboral, vivimos en una sociedad donde solo se nos enseña y se nos exige mantener la marcha a toda costa. Pero hay veces en que la única forma de avanzar es detenerse, reflexionar y decidir con claridad por dónde queremos caminar.

He actuado desde una convicción clara. O decimos basta o esta degradación de la vida pública determinará nuestro futuro condenándonos como país. Es cierto que he dado este paso por motivos personales, pero son motivos que todo el mundo puede entender y sentir como propios, porque responden a valores troncales de una sociedad solidaria y familiar como es la española. Porque esto no es una cuestión ideológica. Estamos hablando de respeto, de dignidad, de principios que van mucho más allá de las opiniones políticas y que nos definen como sociedad. Esto nada tiene que ver con el legítimo debate entre opciones políticas. Tiene que ver con las reglas del juego. Si consentimos que los bulos deliberados dirijan el debate político, si obligamos a las víctimas de esas mentiras a tener que demostrar su inocencia en contra de la regla más elemental de nuestro Estado de derecho. Si permitimos que se vuelva a relegar el papel de la mujer al ámbito doméstico, teniendo que sacrificar su carrera profesional en beneficio de la de su marido. Si, en definitiva, permitimos que la sinrazón se convierta en rutina, la consecuencia será que habremos hecho un daño irreparable a nuestra democracia.

Exigir resistencia incondicional a los líderes objeto de esa estrategia es poner el foco en las víctimas y no en los agresores. Y confundir libertad de expresión con libertad de difamación es una perversión democrática de desastrosas consecuencias. Por tanto, la pregunta es sencilla: ¿queremos esto para España? Mi mujer y yo sabemos que esta campaña de descrédito no parará. Llevamos diez años sufriéndola. Es grave, pero no es lo más relevante. Podemos con ella.

Lo importante, lo verdaderamente trascendente, es que queremos agradecer de corazón las muestras de solidaridad y de empatía que hemos recibido, de todos los ámbitos sociales. Lógicamente, me van a permitir un agradecimiento especial a mi querido Partido Socialista. En todo caso, gracias a esa movilización social que ha influido decisivamente en mi reflexión y que vuelvo a agradecer, quiero compartir con todos ustedes lo que finalmente he decidido. De ello he informado previamente al jefe del Estado esta misma mañana. He decidido seguir y seguir con más fuerza, si cabe, al frente de la Presidencia del Gobierno de España.

Esta decisión no supone un punto y seguido, es un punto y aparte. Se lo garantizo. Por eso asumo ante ustedes mi compromiso de trabajar sin descanso, con firmeza y con serenidad, por la regeneración pendiente de nuestra democracia y por el avance y la consolidación de derechos y de libertades. Asumo la decisión de continuar con más fuerza, si cabe, al frente de la Presidencia del Gobierno de España. Solo hay una manera de revertir esta situación: que la mayoría social, como ha hecho estos cinco días, se movilice en una apuesta decidida por la dignidad y el sentido común, poniendo freno a la política de la vergüenza que llevamos demasiado tiempo sufriendo, porque esto no va del destino de un dirigente particular. Eso es lo de menos. Se trata de decidir qué tipo de sociedad queremos ser. Y creo que nuestro país necesita hacer esta reflexión colectiva. De hecho, durante estos cinco días ya hemos comenzado a hacerla.

Una reflexión colectiva que abra paso a la limpieza, a la regeneración, al juego limpio. Llevamos demasiado tiempo dejando que el fango coloniza impunemente la vida política, la vida pública, contaminados de prácticas tóxicas inimaginables hace apenas unos años. Apelo, en consecuencia, a la conciencia colectiva de la sociedad española. Una sociedad que, desde el acuerdo generoso, supo sobreponerse a las terribles y profundas heridas del peor de sus pasados.

Una sociedad que consiguió vencer de manera ejemplar todos los desafíos democráticos que sufrió, que superó con éxito una pandemia, que pese al difícil contexto geopolítico que sufrimos con guerras en Oriente Medio y en Ucrania, vive un muy buen momento económico y respira paz social. Una sociedad que asombró al mundo por su aceptación entusiasta de los derechos y las libertades, pasando de ser un país oscuro a un referente internacional de libertades y de democracia, de progreso y de convivencia. Hoy pido a la sociedad española que volvamos a ser ejemplo, inspiración para un mundo convulso y herido. Porque los males que nos aquejan no son ni mucho menos exclusivos de España. Forman parte de un movimiento reaccionario mundial que aspira a imponer su agenda regresiva mediante la difamación y la falsedad, el odio y la apelación a miedos y amenazas que no se corresponden ni con la ciencia ni con la racionalidad. Mostremos al mundo cómo se defiende a la democracia. Pongamos fin a este fango de la única manera posible: mediante el rechazo colectivo, sereno, democrático, más allá de las siglas y de las ideologías, que yo me comprometo a liderar con firmeza como presidente del Gobierno de España. Gracias”.
Los periódicos:

EL PAÍS

ABC

EL MUNDO

LA VANGUARDIA

LA RAZÓN

SI ZOLA LEVANTARA LA CABEZA...


‘Yo acuso’: el caso ¿Dreyfus?
Si Émile Zola viviese, recriminaría al Poder Judicial no haber expedientado al juez Peinado por admitir la denuncia contra Gómez.
Xavier Vidal-Folch, 29.04.2024

“Yo acuso al teniente general Paty de Clam como fabricante del error judicial…; acuso al general Mercier, por haberse hecho cómplice…; acuso al general Billot por haber tenido en sus manos las pruebas de la inocencia de Dreyfus y no haberlas utilizado, con un fin político…; acuso al primer consejo de guerra por haber condenado a un acusado fundándose en un documento secreto y al segundo por haber cubierto esta ilegalidad”.

Así culminaba el escritor Émile Zola su artículo-manifiesto en L’Aurore (13/1/1898). Defendía al capitán Alfred Dreyfus, que llevaba tres años encarcelado. Le acusaron basándose en meros bulos, eso tan actual en España. Le condenaron por alta traición y ratificaron la infamia en juicios fantasma; en uno de ellos, tras deliberar tres minutos. Fue rehabilitado en 1906: la protesta de escritores y artistas corrigió el desmán judicial. Tras un decenio largo del proceso.

Esa rebeldía bautizó la responsabilidad cívica de los intelectuales liberales y progresistas. “Manifeste des intellectuels”, tituló Georges Clemenceau las adhesiones al texto de Zola, enorgulleciéndoles con el mismo calificativo que pretendía humillarles.

“No fueron las débiles pruebas —pronto se comprobó su manipulación— la causa de la condena, sino el antisemitismo que estaba arraigado en la sociedad francesa de aquel tiempo, y exacerbado en el Estado Mayor del ejército. Dreyfus era judío, y el odio hacia esa condición era tan visceral que dio lugar a una conspiración en su contra para condenarlo”, escribe, en un hermoso resumen de esa causa, el profesor Francisco Michavila en su reciente Inquietudes de un europeo (Tecnos).

Si Zola viviese hoy, acusaría al turbio juez Juan Carlos Peinado de haber violado la Ley de Enjuiciamiento Criminal, cuyo artículo 269 prescribe que si la denuncia de un hecho “que no revistiere carácter de delito” o “fuere manifiestamente falsa” debería abstenerse de enjuiciarla, como en el estrambótico caso contra Begoña Gómez. Y recriminaría al Poder Judicial no haberle expedientado por presunta prevaricación, al haber ignorado la jurisprudencia del Supremo: en 2021, este consagró el principio de que “una noticia por sí sola no legitima a ningún accionante popular para convertir el relato periodístico en un relato de hechos punibles”. O sea, que solo con recortes, no hay caso. Esos individuos son como los jueces de Dreyfus. Pero nosotros, ay, no somos Zola.

BARENBOIM

 

Según parece, la salud de Daniel Barenboim no anda bien y ha tenido que suspender sus últimos conciertos. Esperemos que sólo se trata de una recaída y que pueda volver pronto a los escenarios.
El pasado 17 de majo de 2023 se publicó el libro "La música despierta el tiempo", del propio Barenboim, el cual me llegó hace un par de días. De él escribe Casa del Libro esta reseña:
La música tiene la extraordinaria cualidad, entre otras, de ayudarnos a configurar nuestra idea del mundo. Por más que los puristas insistan en que lo personal, lo político, lo social y lo artístico no deben mezclarse, Daniel Barenboim recuerda en este inspirador texto que la escucha y el conocimiento de las músicas más variadas indica precisamente lo contrario. Apelando a su inquebrantable compromiso con la paz entre Israel y Palestina, examina el increíble potencial de la música para acercarnos, tender puentes y comprender al otro. La música despierta el tiempo revela así el fascinante poder del fenómeno musical no sólo para arrojar luz sobre la condición humana, sino también para dar respuesta a algunos de los mayores retos a los que hacemos frente.
Beethoven: *Leonore Overture No. 3
Daniel Barenboim and the West-Eastern Divan Orchestra

domingo, 28 de abril de 2024

HUMOR, REMEDIO INFALIBLE

 


VECINOS DE FERRAZ, POBRECITOS


El periodista de La Razón que escribió el titular de hoy, o es muy joven o tiene poca memoria, el pobre. Decía el periódico: "El PSOE monta un mítin en la calle para suplicar a Sánchez y atacar al PP". 
Estos últimos meses hemos visto como en Madrid, sobre todo, cada día se acercaban a la sede del PSOE a pedir que no se rompiera España, a rezar el rosario, a gritar consignas contra Perro Sánchez o a apalear muñecos humanoides, pero debe ser que este periodista estaba de vacaciones, o de parranda. Tuve la ocasión de gozarme una de estas concentraciones, por llamarlas de alguna manera, en mi último viaje a Madrid: un grupo de personas frioleras todas, enfundadas en un chal con los colores de la bandera de España, ¡España!, caminaban hacia La Cibeles donde los esperaba otro grupo de ídems.
La memoria es laxa, sin duda, y ya nadie parece recordar las concentraciones de Rouco Varela y sus acólitos en Colón, hombres de buena voluntad, clamando por la muerta de la familia ante la ley que sería aprobada sobre el matrimonio igualitario. Sirvan estas manifestaciones de ejemplo de mis notas, antesala de las que vendrían después tras las últimas elecciones.

Ferraz, dos formas de ser España y de ser Iglesia
El verdadero manual de resistencia lo tienen la calle que alberga la sede socialista, sus vecinos y sus comercios.
Ángeles Caballero, 28.04.2024
https://elpais.com/espana/2024-04-28/ferraz-dos-formas-de-ser-espana-y-de-ser-iglesia.html

El verdadero manual de resistencia no lo tiene Pedro Sánchez, lo tiene la propia calle de Ferraz, sus vecinos y los comercios de las aceras y calles colindantes. Lo tiene por lo que ocurrió la mañana del sábado, la jarana socialista en torno a un hombre dolido ante el que sus fieles lloraban, y mucho, pidiéndole que no se vaya, que la noche sin él muere. Lo tiene por lo de este domingo, con la calle de nuevo desviada a la altura de Marqués de Urquijo por la celebración de la Maratón de Madrid (hay tantas carreras populares en la capital como personas inscritas en ellas).

Pero si hay algo por lo que tiene ganado el cielo y una placa del alcalde Almeida a la paciencia es por lo que lleva sucediendo a diario desde noviembre. A diario, han leído bien, siguen reuniéndose un puñado de personas en torno a una cruz enorme, sus banderas constitucionales y alguna que no, para rezar un rosario por España que culmina con la letanía de siempre y a la que se añade otra, compuesta por insultos a Sánchez, a su partido, a su mujer, a su madre, a los catalanes, a los migrantes. La última es: “Begoña te han pillado, estás en el juzgado”. La de siempre: “Un, dos, tres, colgado por los pies”. Qué manera tan particular de ser católico.

Y la tienen, no se sabe si la resistencia o el cuajo, los fieles que entran en la iglesia del Inmaculado Corazón de María y se encuentran, en el tablón de anuncios del templo claretiano, sobre el cartel de la campaña de la renta para marcar la X de la Iglesia en la declaración, un par de pegatinas con la cara del dictador Franco enmarcadas en la bandera de España. Los que las ven y no se inmutan. Y no se indignan. Como decía José María García, hay días en los que a una le dan ganas de cambiar de afición.

El barrio, como todos los de dinero viejo y nevera llena, se despierta más tarde que el resto de los códigos postales con menos renta disponible por hogar. A eso de las diez de la mañana solo ocupan las aceras los dueños de perros que caminan en dirección al Parque del Oeste. Apenas 24 horas antes el paisaje era algo distinto. Estaban los mismos dueños con los mismos perros, pero entre ellos se mezclaban algunos simpatizantes socialistas, como el que caminaba, erguidísimo y vestido con chándal blanco impoluto y bandera republicana a la altura del conservatorio Adolfo Salazar, vecino a la sede. O los grupos que emergían del metro de Argüelles y enfilaban la calle de Marqués de Urquijo. “Se nota que no son de aquí”, comentaba uno de los vecinos.

Pero esta mañana de domingo todo estaba como casi siempre. Algún señor mayor, en perfecto estado de revista, de esos que desprenden el mismo perfume desde hace 40 años, que caminan con el periódico bajo el brazo (siempre a caballo entre El Mundo y el ABC) y la barra de pan para la comida familiar de después. Cerca del templo de Debod, un grupo de chavales grita más de la cuenta, señal de que aún no se han acostado y que han seguido la noche desayunando cerveza. Decibelios de más también se escuchan en la comisaría de la calle del Rey Francisco, con las risotadas de los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado, solo posibles tras varios cafés en las venas.

Muy cerca, a las puertas del convento de las Hermanas de la Compañía de la Cruz, en la calle del Rey Francisco, la cola de gente que daba la vuelta a la esquina aumentaba la contaminación acústica de la mañana. Como tantas otras mañanas, esperan a que las religiosas les repartan desayuno y algo que llevarse a la boca después. Porque hay varias Españas, y afortunadamente también hay varias iglesias.

OTHER NEWS

 



BELLEZA

 

FUTURO PERFECTO


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UNA DE LAS DOS ESPAÑAS

Joan Manuel Serrat, *Españolito.
"Españolito", Antonio Machado.
Proverbios y Cantares (Campos de Castilla)

Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.
De las portadas de los periódicos de hoy domingo 28 de abril de 2024.
LA RAZÓN ↑
EL PAÍS ↑
EL MUNDO ↑
ABC ↑

MALA MEMORIA

 


La concordia de los desmemoriados
La memoria de algunos nostálgicos no alcanza a aquel país de mi juventud en el que una persona conservadora y otra de izquierdas podían compartir incluso amistad.
Elvira Lindo, 28.04.2024

Hemos dejado que nos arrebaten las palabras que más apreciábamos. ¿Qué significa la palabra libertad si es veneno en boca de quien celebra una libertad avasalladora que ignora la fragilidad del otro? ¿Qué significa la palabra verdad cuando está continuamente vulnerada por la sacrosanta opinión personal o por el burdo fanatismo? Ahora le ha tocado el turno al término concordia usado de manera taimada con el odioso fin de no reparar injusticias pasadas, mostrando a la vez desdén hacia cualquier tipo de acuerdo en el presente. Siendo nostálgicos, como aseguran ser, de épocas mejores en las que reinaba la libertad, la verdad y la concordia, no se acuerdan de nada. Su memoria no alcanza a aquel país de mi juventud en el que una persona conservadora y otra de izquierdas podían compartir incluso amistad. No se acuerdan de que el comunista Carrillo departía con Herrero de Miñón, no se acuerdan ni saben de cuando un republicano ácrata como Fernán Gómez recibía la medalla del trabajo de manos de un rey y se lo brindaba a su madre monárquica, no se acuerdan, pero muchos de nosotros sí, de que un cómico podía declararse comunista y al mismo tiempo ser aplaudido por todo tipo de público, no se acuerdan de que en cualquier película de Berlanga los bulliciosos planos secuencia estaban habitados por cómicos de distinto signo, no se acuerdan de aquellos ya irrealizables debates de La Clave en los que conseguían escucharse unos a otros hablando de temas aún tiernos e inexplorados, del asesinato de Lorca, por ejemplo.

Fue un momento insólito, del que hay cosas que celebrar, como esa conversación posible, aunque si uno decide ser fiel a la verdad reconoce que quedaron asuntos que abordar que hoy la derecha considera divisorios. En la superficie había cierta concordia, sí, pero la limpieza del fondo se dejó para más adelante: aquel no era el momento. El momento de sacudir la alfombra se aplazó, hoy se prefiere una desmemoria parcial e ideológica. Estos días pasados han ocurrido dos cosas vergonzosas que han quedado sepultadas bajo el manto de lo que era más urgente: dos de los cómicos más queridos de este país, Paco Rabal y Asunción Balaguer, han visto retirados sus nombres del callejero de Alpedrete (Madrid) por un Ayuntamiento del PP y Vox. La plaza de Francisco Rabal se ha convertido en Plaza de España y el Centro Cultural Asunción Balaguer en La Cantera. Se ha hecho de tapadillo, para no dar explicaciones. Esto es como llegar al escalón más bajo del ensañamiento. Grandes artistas que tras morir Franco pudieron expresar abiertamente lo que pensaban porque creían conquistado un país en el que la libertad era eso.

Para redondear el ignominioso capítulo de las placas, la señora Ayuso ha reiterado que no habrá una para homenajear a los que fueran torturados en la antigua Dirección General de Seguridad (DGS), hoy presidencia de la Comunidad de Madrid. Recordar a las víctimas del franquismo divide, dice, y ella solo apuesta por las placas que nos unen. ¿A quiénes? Poco le falta para retirar el cabezón de Goya por afrancesado. Hace un año se manifestaron allí más de veinte asociaciones de represaliados de la dictadura y pegaron en uno de los muros un humilde cartelillo que rezaba: “En recuerdo a todas las personas aquí detenidas, encarceladas, torturadas y asesinadas en la DGS durante la dictadura por defender la libertad, la democracia y la justicia social”. Libertad de pensamiento, sexual, de expresión. Libertad bien entendida. Qué triste ver cómo se niega este humilde homenaje a quienes aún han visto reconocida su papel esencial en la lucha por la democracia. Como es lógico, reclaman esta reparación en el lugar en el que actuaron los torturadores Roberto Conesa y Billy el Niño. Es perverso observar cómo quienes les niegan el reconocimiento ocupan hoy aquellas siniestras estancias. En otro país habría sido el lógico lugar para un centro de memoria, en otro país.

DEPORTE, POLÍTICA Y +

Víctor Gutiérrez, diputado y waterpolista: “La política parece un partido de fútbol”
El madrileño, en el Congreso por el PSOE y jugador del Canoe, habla sobre los dos mundos.
Juan Morenilla, 28.04.2024

Víctor Gutiérrez, bajo el agua en la piscina del Club Canoe.CLAUDIO ALVAREZ

En el escaño 1307 del Congreso de los Diputados se sienta un jugador de waterpolo de División de Honor. Con el gorro número 9 del club Canoe salta a la piscina un diputado del PSOE y secretario de políticas LGTBI del partido. Víctor Gutiérrez (Madrid, 33 años) lleva desde diciembre una doble vida. Del traje al bañador y del bañador al traje. Política y deporte cogidos de la mano, dos mundos a veces más similares de lo que parece. “Llevo 15 temporadas en la élite del waterpolo, y dos al frente de la secretaría LGTBI que me han servido como un buen entrenamiento para aterrizar en el Congreso y estar más rodado que salir directamente de la piscina al escaño, eso subiese sido más violento. Estar en primera línea me ha servido para prepararme”, cuenta Gutiérrez.

Esta semana el agua ha quedado al margen. Tampoco pudo jugar ayer con el Canoe ante el Terrassa, su exequipo. El terremoto por la posible dimisión de Pedro Sánchez ha alterado su agenda política y, en su caso, también la deportiva. Nada a lo que no se haya acostumbrado en este tiempo. “El deporte ha pasado de ser mi trabajo a ser mi hobby. Mi prioridad son mis responsabilidades políticas. La persona a la que más escribo es a mi entrenador, Emilio Bautista. Entreno y juego un poco a la carta. Si tengo un viaje, o un congreso o comité de partido, no puedo ir a los partidos. Estoy jugando la mitad de la Liga”, comenta el diputado waterpolista.


Víctor Gutiérrez maneja el estrés de buscar cada día un par de horas, “a partir de las siete o las ocho”, para lanzarse al agua y mantener la forma. El Canoe ronda los tres cuartos de la tabla en una competición de 12 equipos en División de Honor. “Estoy gratamente sorprendido. De haber pasado de seis horas diarias a tres o cuatro sesiones a la semana de dos horas cada una, pues en los dos últimos partidos he metido ocho goles y me he llevado el MVP”, comenta Gutiérrez.

Cuando tenía ocho años, unos chicos mayores le llamaron maricón. Comenzó entonces a esconder su personalidad, a crear “una careta”, para evitar que le hirieran. Hasta que a los 17 años le contó a su mejor amigo que era homosexual. Hasta que encontró un refugio en el waterpolo y fue portada de la revista Shangay como el primer deportista español en una disciplina de equipo en salir del armario. Aquel insulto nunca le ha abandonado. Se lo volvió a gritar en 2021 el serbio Nemanja Udovic, del Sabadell, cuando Gutiérrez se alistaba en el Terrassa. Después de salir del agua publicó un vídeo en las redes sociales denunciando el hecho y se convirtió en el protagonista de la primera sanción por homofobia en el deporte español. De ahí al triple salto a la política, primero a la secretaría LGTBI del PSOE y ahora como diputado en el Congreso en un momento de gran convulsión.


“Me decían que en el Congreso había una especie de show en la Cámara pero que luego entre los diputados había buen rollo, incluso con otros colores. Pero no sé si es por la situación actual pero eso aquí no ocurre. Estás en la cafetería y no te sientas con el de VOX, cada una va con los de su color”, afirma; “en el agua se dan más golpes, pero una vez ocurre lo que ocurra, sales de la piscina y ahí se queda y luego te vas a tomar una cerveza. En la política no es así. Los discursos de odio tienen su reflejo en la calle, y lo vemos con un repunte de agresiones. Hay una responsabilidad brutal que muchos políticos no ven. Ellos no van a dar un golpe, pero sí otra persona en la calle puede darlo… Hay una guerra sucia, sin escrúpulos, da igual inventar noticias que hacer lema de un insulto al presidente. Hay un grave problema en entender la política como un partido de fútbol, un sentimiento de bufanda. Antes no pasaba nada si se llamaba mono o maricón a alguien. Hoy el fútbol español debe ponerse a la altura de la sociedad española actual”.

¿Qué aporta un mundo al otro? “Me ha sorprendido que me estoy llevando al deporte mucha frialdad de la política. Vas a 200 pulsaciones por minuto y yo soy muy visceral. La política me está aportando esa contención, me ha completado como deportista. Al revés, el deporte me ha hecho ser una persona disciplinada y tener las espaldas anchas para aguantar esa presión de la política existe. Cuando te pones en primera línea, te pones una etiqueta con un color y gente que hace dos días te elogiaba, te critica”, razona Gutiérrez, aunque intenta evitar estereotipos: “Hay que desmitificar negativamente a la política y quitarle la careta de falsedad al deporte. También en mi carrera he tenido compañeros nefastos que se alegran si te lesionas. Hay una competición sana y una competición mala. La política se lleva la fama de juego de tronos, a ver a quién puedo apuñalar. Y me he encontrado a gente maravillosa que sabe competir”.

En el vestuario, cuenta, se habla “constantemente” de política, y más en estos días. El boya del Canoe no deja de ser el escaño 1307 del Congreso.

SOBRE LA CEGUERA




sábado, 27 de abril de 2024

A LOS HECHOS

Que no me gusta la tele es cosa sabida, debo haberlo heredado de mi abuelo. Hasta hace unos meses sólo me quadaba anonadado viendo "La que se avecina", lamejorseriedelahistoria, como la llamamos un amigo y yo, pero ahora no se ve en el nuevo televisor por no-se-qué de la potencia de la emisión, creí entender. Los concursos son otra cosa, los odio profundamente. En general, todo lo que tenga un jurado que machaque al concursante me produce lo mismo, rechazo absoluto. Desde aquella época de Un Dos Tres, al que todos éramos adictos, cuando sufría en las pruebas para llegar a la "subasta", estos programas me repelen. Más actual que aquel de Ibáñez Serrador, Kiko o Mayra, tenemos ahora MasterChef, una cosa desagradable donde tres "profesores" tratan como una basura a los pobres que allí van. Leo ahora mismo en la crónica más rosácea de El País, esta noticia y pienso, ¿pero nadie antes se dio cuenta de lo desagradable que es el jurado?

RECOMENCEMOS

Gianni Bella, *De amor ya no se muere.

Continúo escuchando música italiana de las décadas 60-70-80 del siglo XX (la música con la vivimos nuestra juventud, divino tesoro). De amor ya no se muere, me recuerda Gianni Bella. Llego ahora de la farmacia, una que hay a tiro de piedra en moto; siempre en moto, aparcar el coche se hace casi imposible, de ahí que mi Van-Van sea la reina del mambo, como también lo es su versión chicharrera en Santa Cruz o La Laguna. 
Con fondo italiano les cuento que ayer estuve en San Lázaro, muy cerca de mi antigua casa Pin y Pon, viendo una antigua construcción que ha heredado un amigo y que tiene la intención de arreglar como casa de jubilación. Casa con todas las posibilidades del mundo, las vistas son las que disfruté aquellos estupendos tres años con Augusta en la calle Los Gemelos... Qué pena haber perdido este entorno, pensaba ayer por la tarde. Claro que ahora, hace apenas diez minutos, bajaba motorizado, con el viento en la cara, por la recta que une Doctoral con Pozo Izquierdo mientras pensaba: he cambiado el campo de Tenerife por el Mar de Gran Canaria, ¡de qué me quejo! De nada, soy feliz.
Bueno, por pedir, preferiría estar ahora abriendo las últimas cajas que quedan de la mudanza antes que trabajar, pero este proyecto que casi tenemos listo nos hemos comprometido a enviarlo a visar esta semana, y así será.
Los dejo, vuelvo a Italia.

Adriano Papalardo, *Recomencemos.

viernes, 26 de abril de 2024

NOSOTROS TAMPOCO


Pedro Sánchez no puede más, nosotros tampoco
Pedro Almodóvar hace una pausa en el rodaje de su nueva película para reflexionar sobre las reacciones al anuncio del presidente del Gobierno de emplear unos días para tomar una decisión sobre su futuro.
Pedro Almodóvar, 25.04.2024

Vivo encerrado en la película que estoy rodando, la realidad ocurre muy lejos de las localizaciones donde ruedo, mi cerebro no registra ningún dato, por pequeño que sea, que no tenga que ver con el rodaje. Son meses de preparación y semanas de rodaje y empiezo a notar el cansancio. Anoche, cuando llegué después de una interminable sesión de fotos para la promoción me topé de bruces con la carta de Pedro Sánchez en televisión y me eché a llorar. El cansancio me provoca esta hipersensibilidad y me debilita frente a cualquier emoción. Recuerdo en alguna conversación con amigos, no hace mucho, comentar nuestra extrañeza de que nuestro presidente no se hubiera plantado ya y nos hubiera mandado al infierno, por utilizar un eufemismo. Esta carta abierta no es una sorpresa. No existe ser humano que resista lo que el más resistente de nuestros presidentes ha estado sufriendo los últimos años, en una escalada que supera todo lo imaginable. No me extrañó que se rompiera y me provocó tal indefensión que me puse a llorar como un niño.

Pedro Sánchez tiene derecho a irse y abandonarnos a nuestra suerte. No nos lo merecemos, como no nos merecíamos en la alcaldía de Madrid a Manuela Carmena.

Me puse a ver la televisión y me sorprendió la falta de empatía de los representantes de los medios ante un gesto que nos muestra a un hombre brutalmente herido y roto. Era el ser humano el que escribía la carta de no puedo más, dejadme que lo piense unos días para no actuar en caliente. Parece que a Pedro Sánchez no se le reconoce su humanidad, está obligado por su cargo a ser sobrehumano.

No hay palabras que puedan calificar, al menos no se me ocurren, lo que está ocurriendo: un seudosindicato pone una denuncia basada en recortes de periódicos ―muchos de ellos ya se ha demostrado que son falsos― y un juez la admite a trámite. Es tan inaudito (tan peligroso para nuestra democracia) que pone al límite la capacidad de resistir de una persona quemada por años de resistencia. No hay nada más dramático y comprensible que el gesto del presidente. Imagino cómo se sentía (el mismo día en que la denuncia ya había sido tramitada y él ya había tomado la decisión de tomarse unos días) cuando Rufián le preguntó en el Congreso si creía en la justicia, y Sánchez haciendo de tripas corazón tuvo la tristísima elegancia de decir que sí, que seguía creyendo en la justicia.

Actualmente existe una nueva técnica para derribar al adversario político, acosarle mediática y judicialmente hasta quebrarle emocional y judicialmente, que no soporte más presión. Es una estrategia que no tiene ninguna relación con la política, en ningún momento se ponen en valor los resultados de la gestión del presidente. Es una técnica basada en la crueldad y la tortura psicológica personalizada de la víctima, que se complementa con la tergiversación y manipulación, y que cuenta con la connivencia de uno de los poderes del Estado tan importante como el poder judicial.

Como ciudadano y como demócrata que esto ocurra resulta devastador, porque pone en peligro nuestra exigua democracia, ya de por sí mermada e imperfecta. Todo lo que está ocurriendo es gravísimo y nos concierne a todos los ciudadanos y a los partidos políticos que hace tanto tiempo se han olvidado de nosotros.

Nos esperan cuatro días de mucho ruido e incertidumbre, de impaciencia y de escuchar muchos disparates, ya se están empezando a oír. Yo no estaré aquí para cuando el lunes Sánchez nos comunique su decisión. Estaré en Nueva York terminando de rodar mi nueva película, aislado. En esta soledad me pregunto si la izquierda, que espero dolorida, se despertará de su pesadilla y estupor y organizará algún acto de apoyo a nuestro presidente y demostrarle a la otra España que somos muchos, tantos como ellos. Este momento merece un ¡BASTA YA! rotundo, furibundo. Qué es lo próximo que ocurrirá, tanto si dimite Sánchez como si se queda. No quiero ni pensarlo. No puedo. En estos momentos, mi corazón está con el presidente y su familia.

LA AGENDA

 

Váyase usted a paseo
Escuchadme todos los centros de llamadas del universo mundo. No os volveré a atender.
Juan José Millás, 26.ABR.2024
https://elpais.com/opinion/2024-04-26/vayase-usted-a-paseo.html

No volveré a coger ninguna llamada de números de teléfono que no estén en mi agenda. Lo juro. Escúchame, Iberdrola. Naturgy, escúchame. Escúchame también tú, Amnistía Internacional. Escúchame, Repsol. Escúchame, Vodafone, Yoigo, etcétera. Escuchadme todos los centros de llamadas del universo mundo. No os volveré a atender. Venía haciéndolo por si era Dios el que me requería. No tengo a Dios en la agenda de mi móvil, de modo que tampoco podía reconocer su número.

Escúchame, Dios, ya no me marques porque no te descolgaré. Lo siento, lo siento sobre todo por mí, pero no puedo atender 100 timbrazos al día solo por la posibilidad de que uno de ellos sea el tuyo. Has tenido 100.000 oportunidades de localizarme. Basta. Si a San Pablo, camino de Damasco, antes de aparecérsele Dios y preguntarle “Saulo, Saulo, por qué me persigues”, se le hubieran aparecido todas las compañías eléctricas y todas las empresas gasísticas y todas las oenegés del mundo para atraerlo a sus respectivos proyectos económicos, no habría hecho ningún caso a Dios, lo habría confundido con un teleoperador o con una teleoperadora y nos habríamos jugado la propagación del cristianismo.

Pues eso es lo que me ocurre a mí, que ya no distingo a Dios de Movistar. Me da igual que me llamen de aquí o de allá, los unos que los otros, porque no volveré a descolgar a nadie que no haya identificado previamente, aun a riesgo de perderme un milagro, una conversión, de perderme una caída del caballo (que en nuestros días se confunde con la caída del cabello). Y esto es muy grave, amigos, pues significa que hemos perdido la capacidad de distinguir la voz de Dios de la de un vendedor de seguros o la de la Virgen de la de una anunciante de cosméticos. A esto hemos llegado con la obsesión capitalista de reducir la vida cotidiana a un conjunto de operaciones de compra y venta de bienes y servicios. El número al que llama no existe. Váyase usted a paseo.

PERROS

 


HIMMLER(ES)

El país sigue inmerso en la incertidumbre ante lo acontecido respecto a la futura decisión de Pedro Sánchez. "La familia no se toca", primera regla no escrita junto con "la novia de un amigo tampoco". Ante este hecho tan grave -acción- nos encontramos dos escenarios -reacción-: el lógico y el otro. No voy a describir cada reacción, eso que cada uno lo mastique interiormente, pero sí escribiré que anoche, antes de apagar la luz y que mis ojos se apagaran ellos solitos, buceé en Internet para leer todo lo que se decía sobre la mujer de Pedro Sánchez, lo que supuestamente había hecho, escrito, dicho. Me quedé bastante impresionado y triste, sobre todo, al concluir que, según parece, todo son bulos (tú dilo que algo queda, y si no que se lo digan al aparato de propaganda nazi). Las barbaridades que se han dicho sobre esta señora no tienen parangón. Por muy preparados que estén los políticos ante esta basura, ¿no hay límite?
El refrán "hacer leña del árbol caído" se ha quedado corto ya.
La familia no se toca, ¡coño!

UN ANNO D'AMORE

Tuve anoche  una desagradable pesadilla de esas que hace que te despiertes con desasosiego. No la recuerdo bien, más bien nada, pero sí que yo estaba inmerso en el fin del mundo y caminaba solo, sin familia ni amigos. Terrible. Imagino que habría tenido que ver que llegué muy cansado a mi casa después de 16 horas en la calle, entre trabajo, reunión interminable y velatorio final: la madre de una amiga, cáncer, 50 años. Terrible, todo terrible (¡a vivir que son dos días!).
Esta mañana me di una ducha a las 4:30 y ya vuelvo a estar activado, que no activo. Un café sumido en el ambiente intelectual de cada madrugada y ahora terminando una primera ocupación escuchando la preciosa música de Mina.
Hoy vuelvo a tener otro día a contrarreloj, ¡yuuuupi! Menos mal que no hay piel que no sane con un buen Ebastel forte. Por cierto, la semana que viene es fiesta el miércoles; el que no se consuela es porque no quiere.

PD. Feliz viaje a mis amigos que andan por tierras extremeñas. Que sepan que este viaje me desconsuela sumamente.
Mina, *Un anno d'amore (1965).

jueves, 25 de abril de 2024

LA COSA NOSTRA


Con el cine hemos aprendido mucho. Qué decir de las películas de gánsteres, en América, en Italia... Si una ley no escrita imperaba en ellas era siempre la misma: la familia no se toca. 
En la España de hoy vale todo. Las urnas son sólo la SALIDA, pero por el camino hasta llegar a la META cualquier cosa vale, como en la carrera de vainas en Tatooine. 
Tras la carta escrita por Pedro Sánchez ayer a todos los españolitos (al menos a quién la quiera leer), donde se pone de manifiesto el funcionamiento de la máquina del fango, la fuerza centrífuga de la noria de la mierda.
Estos últimos años hemos escuchado y leído de todo: España se desmiembra, la economía va fatal, las pensionas no suben, etc., noticias que la evidencia ha ido negando una por una. Si no aceptamos las reglas del juego, las que tenemos, empezamos mal. Si no jugamos "porque la pelota es mía", si lo que prima es el "y tú más" o el "me vengo a enterar ahora", ¿adónde vamos? ¿Es que no hemos aprehendido ni aprendido nada en estos casi cincuenta años? ¿Nos espera entonces la política tipo Ayuso?
Debemos defender a Pedro Sánchez, como hubiera hecho Voltaire, porque es quién ha salido elegido en las últimas elecciones generales, he ahí la fórmula de la democracia. Yo, que defendí en su momento que diera una bofetada sin manos, no formase gobierno y convocase nuevas elecciones a ver qué pasaba, lo conmino ahora a que presente una cuestión de confianza ante el Congreso. Veremos qué dice el Presidente el próximo lunes 29 de mayo de 2024.
A John Wick le mataron al perro, ahí lo dejo.
Ocho recortes de prensa con un bulo componen la denuncia de Manos Limpias contra Begoña Gómez
El juzgado 41 de Madrid ha abierto una investigación secreta y ha llamado a declarar a varios periodistas en base a un escrito del pseudosindicato que no aporta ninguna prueba y habla de una “carta mágica” firmada por la esposa de Sánchez para apoyar a un empresario en una adjudicación pública.
Pedro Águeda / Alberto Pozas, 24.04.2024

La querella del pseudosindicato ultra Manos Limpias que ha servido a un juez de Madrid para abrir una investigación a Begoña Gómez son siete folios ocupados en su mayoría por recortes de ocho informaciones publicadas, incluido el bulo publicado por The Objective en el que se atribuía una subvención a la esposa del presidente del Gobierno cuando en realidad se trataba de otra persona con el mismo nombre.

Pese a esta falsedad, en el encabezamiento de la querella el presidente del pseudisindicato, el ultraderechista Miguel Bernad, asegura que la denuncia va “contra Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno”, por un delito de tráfico de influencias. “Prevaleciéndose de su estatus personal (esposa) del Presidente del Gobierno de España, ha venido recomendando o avalando por carta de recomendación con su firma a empresarios que se presentaban a licitaciones públicas”, añade el escrito, al que ha tenido acceso elDiario.es.

De acuerdo con las informaciones que luego cita, un empresario llamado Carlos Barrabés ingresó 10 millones en licitaciones públicas “en base a las recomendaciones o avales de la denunciada”. Según Manos Limpias, Barrabés “montó el Máster de la denunciada” y el empresario participó en él como profesor asociado.

A continuación, el pseudosindicato establece otro triángulo de corrupción. Lo formarían el empresario imputado en el 'caso Koldo' Víctor Aldama, la compañía Air Europa y Begoña Gómez. La conexión sería que Aldama “ganó 6,67 millones” –no se especifica cómo, se entiende que con el rescate de Air Europa– y que la aerolínea se comprometió a pagar al Instituto de Empresa donde trabajaba la mujer del presidente 40.000 euros al año.

Según Manos Limpias, Aldama era “el contacto de la denunciada con Globalia (el grupo que posee Air Europa)”. Los 40.000 euros nunca se abonaron, pero las informaciones que cita el denunciante vinculan esa supuesta promesa a Gómez con que el Gobierno aportara 475 millones de euros para el rescate de la compañía, una medida que fue apoyada por la oposición.

Concluye Manos Limpias que “las cartas de recomendación, avales, de la denunciada dispararon las adjudicaciones a empresarios con los que le unía una relación de amistad”, sin aportar más datos.

Investigación bajo secreto

La denuncia de Manos Limpias, que no aporta ninguna prueba de sus afirmaciones y se limita a trasladar sospechas a partir de las informaciones periodísticas, ha sido suficiente para que el juzgado de instrucción 41 de Madrid haya decidido abrir diligencias para esclarecer si hubo tráfico de influencias.

La investigación, además, la ha protegido bajo secreto de sumario, llamando a testificar a varios periodistas autores de las informaciones que adjunta la denuncia del pseudosindicato. A mediados de marzo la Oficina de Conflictos e Intereses archivó una denuncia del PP contra Pedro Sánchez por no apartarse del rescate de Air Europa, aludiendo a esos supuestos vínculos con Begoña Gómez.

La alusión a la “carta mágica” de Begoña Gómez que hace Manos Limpias tampoco es exacta. El pseudosindicato ultra omite que la misma Unión Temporal de Empresas presentó una treintena de misivas similares en concursos parecidos, de empresas pero también de administraciones públicas como la Agencia de Empleo del Ayuntamiento de Madrid que dirige José Luis Martínez-Almeida.

El caso está ahora en manos del magistrado Juan Carlos Peinado. En una intervención este miércoles en el Congreso de los Diputados, el propio Pedro Sánchez se ha referido a este asunto con las siguientes palabras: “En un día como hoy y después de las noticias que he conocido, a pesar de todo, sigo creyendo en la justicia de este país”.

miércoles, 24 de abril de 2024

ESTO ES LO QUE HAY

Pedro Sánchez: "Necesito reflexionar si debo continuar al frente del Gobierno"
El presidente del Gobierno anunciará su decisión el 29 de abril.

Pedro Sánchez ha publicado una carta en su cuenta de Twitter en la que, tras la decisión de un juzgado de Madrid de abrir diligencias contra su mujer Begoña Gómez, anuncia que se tomará un periodo de reflexión e incluso habla de dejar el cargo de Presidente de Gobierno. "El próximo lunes, 29 de abril, compareceré ante los medios de comunicación y daré a conocer mi decisión".

Carta íntegra de Pedro Sánchez
Madrid, 24 de abril de 2024

No suele ser habitual que me dirija a usted a través de una carta. Sin embargo, la gravedad de los ataques que estamos recibiendo mi esposa y yo, y la necesidad de dar una respuesta sosegada, me hacen pensar que esta es la mejor vía para expresar mi opinión. Le agradezco, por tanto, que tome un poco de su tiempo para leer estas líneas.

Como ya sabrá, y si no le informo, un juzgado de Madrid ha abierto diligencias previas contra mi mujer, Begoña Gómez, a petición de una organización ultraderechista llamada Manos Limpias, para investigar unos supuestos delitos de tráfico de influencias y de corrupción en los negocios.

Por lo que parece, el juez llamará a declarar a los responsables de dos cabeceras digitales que han venido publicando sobre este asunto. En mi opinión, son medios de marcada orientación derechista y ultraderechista. Como es lógico, Begoña defenderá su honorabilidad y colaborará con la Justicia en todo lo que se la requiera para esclarecer unos hechos tan escandalosos en apariencia, como inexistentes.

En efecto, la denuncia de Manos Limpias se basa en supuestas informaciones de esa constelación de cabeceras ultraconservadoras arriba referida. Subrayo lo de supuestas informaciones porque, tras su publicación, hemos ido desmintiendo las falsedades vertidas al tiempo que Begoña ha emprendido acciones legales para que esos mismos digitales rectifiquen lo que, sostenemos, son informaciones espurias.


Esta estrategia de acoso y derribo lleva meses perpetrándose. Por tanto, no me sorprende la sobreactuación del Sr. Feijóo y el Sr. Abascal. En este atropello tan grave como burdo, ambos son colaboradores necesarios junto a una galaxia digital ultraderechista y la organización Manos Limpias. De hecho, fue el Sr. Feijóo quien denunció el caso ante la Oficina de Conflicto de Intereses, pidiendo para mí de 5 a 10 años de inhabilitación para el ejercicio de cargo público.

La denuncia fue archivada doblemente por dicho organismo, cuyos funcionarios fueron descalificados posteriormente por la dirigencia del PP y de Vox. Seguidamente, instrumentalizaron su mayoría conservadora en el Senado, impulsaron una comisión de investigación para, según dicen, esclarecer los hechos relacionados con este asunto. Como es lógico, faltaba la judicialización del caso. Es el paso que acaban de dar.

En resumen, se trata de una operación de acoso y derribo por tierra, mar y aire, para intentar hacerme desfallecer en lo político y en lo personal atacando a mi esposa.

No soy un ingenuo. Soy consciente de que denuncian a Begoña no porque haya hecho algo ilegal, ellos saben que no hay caso, sino por ser mi esposa. Como soy también plenamente consciente de que los ataques que sufro no son a mi persona sino a lo que represento: una opción política progresista, respaldada elección tras elección por millones de españoles, basada en el avance económico, la justicia social y la regeneración democrática.

Esta lucha comenzó hace años. Primero, con la defensa que hicimos de la autonomía política de la organización que mejor representa a la España progresista, el Partido Socialista. Pugna que ganamos. Segundo, tras la moción de censura y las sucesivas victorias electorales de 2019, el sostenido intento de deslegitimación del gobierno de coalición progresista al calor del ignominioso grito de 'que te vote Txapote'. Tampoco pudieron quebrarnos.

El último episodio fueron las elecciones generales del 23 de julio de 2023. El pueblo español votó mayoritariamente por el avance, permitiendo la reedición de un gobierno de coalición progresista, en contra del gobierno de coalición del Sr. Feijóo y el Sr. Abascal que auguraban las baterías mediáticas y demoscópicas conservadoras.

La democracia habló, pero la derecha y la ultraderecha, nuevamente, no aceptaron el resultado electoral. Fueron conscientes de que con el ataque político no sería suficiente y ahora han traspasado la línea del respeto a la vida familiar de un presidente del Gobierno y el ataque a su vida personal.

Sin ningún rubor, el Sr. Feijóo y el Sr. Abascal, y los intereses que a ellos les mueven, han puesto en marcha lo que el gran escritor italiano, Umberto Eco, llamó "la máquina del fango". Esto es, tratar de deshumanizar y deslegitimar al adversario político a través de denuncias tan escandalosas como falsas.

Esta es mi lectura de la situación que vive nuestro querido país: una coalición de intereses derechistas y ultraderechistas que no toleran la realidad de España, que no aceptan el veredicto de las urnas, y que están dispuestos a esparcir fango con tal de: primero, tapar sus palmarios escándalos de corrupción y su inacción ante los mismos; segundo, esconder su total ausencia de proyecto político más allá del insulto y la desinformación; y tercero, valerse de todos los medios a su alcance para destruir personal y políticamente al adversario político. Se trata de una coalición de intereses derechistas y ultraderechistas que se extiende a lo largo y ancho de las principales democracias occidentales, y a las que, le garantizo, responderé siempre desde la razón, la verdad y la educación.

Llegados a este punto, la pregunta que legitimamente me hago es ¿merece la pena todo esto? Sinceramente, no lo sé. Este ataque no tiene precedentes, es tan grave y tan burdo que necesito parar y reflexionar con mi esposa. Muchas veces se nos olvida que tras los políticos hay personas. Y yo, no me causa rubor decirlo, soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer que vive con impotencia el fango que sobre ella esparcen día sí y día también.

Necesito parar y reflexionar. Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política. Si debo continuar al frente del Gobierno o renunciar a este alto honor. A pesar de la caricatura que la derecha y la ultraderecha política y mediática han tratado de hacer de mí, nunca he tenido apego al cargo. Si lo tengo al deber, al compromiso político y al servicio público. Yo no paso por los cargos, hago valer la legitimidad de esas altas responsabilidades para transformar y hacer avanzar al país que quiero.

Todo ello me lleva a decirle que seguiré trabajando, pero que cancelaré mi agenda pública unos días para poder reflexionar y decidir qué camino tomar. El próximo lunes, 29 de abril, compareceré ante los medios de comunicación y daré a conocer mi decisión.

Gracias por su tiempo. Atentamente,

Pedro Sánchez.

HUMANIDADES

 

¿Están en crisis las humanidades?
La enseñanza de disciplinas en torno a la historia y la creación humana ve cuestionada su utilidad en una economía cada vez más acelerada.
Marta Sanz, 24.04.2024

Las disciplinas en torno al ser humano y la creación han sido el pilar sobre el que se han edificado nuestras sociedades. Estudiar y enseñar acerca de lo que consideramos bueno y bello ha sido parte central del currículo educativo durante milenios. Sin embargo, las humanidades se enfrentan hoy al desafío de la obsesión por las salidas profesionales y la presión por elegir estudios más productivos y ligados a las necesidades de la economía. Pero, ¿es realmente así? ¿Es el destino de las humanidades el languidecer en despachos polvorientos y clases cada vez más vacías? ¿Quedarán la filología, la filosofía o la historia del arte convertidas en curiosidades?

Sobre esta cuestión se pronuncian la escritora Marta Sanz, que aprecia una creciente sumisión de las humanidades al mercado, y el catedrático de literatura Jordi Gracia, codirector de la revista TintaLibre, que defiende que la transformación de la forma de divulgar.

Lo llaman progreso, pero es el mercado
Las humanidades languidecen, pero hay voces que gritan: “Esto ya había sucedido”, “tenemos una visión narcisista de la historia”, “es el progreso”. Quizá sentirnos protagonistas de nuestro presente sea un acto de responsabilidad que se solapa con Ulises y Prometeo, héroes polimecánicos que utilizan la técnica para materializar la inspiración, ludismo, Mary Shelley, invención de la lavadora, ciberpunk… Ante la insólita velocidad de las transformaciones, las humanidades están en crisis: se abre una ventana de oportunidades y otra ventana de alienaciones inéditas.

En este contexto, el golpe contra el principio de autoridad cuestiona jerarquías injustas. Revisamos el canon de Harold Bloom. Seguimos la línea de estudios decoloniales y feministas. Reivindicamos, con Tillie Olsen, las adivinanzas. Esta sensibilidad, más allá de parodias de la corrección política, constituye un acto de justicia y enriquecimiento intelectual. Sin embargo, resulta difícil escaparse de las inercias, y el cuestionamiento del principio de autoridad se hace extensivo a casi cualquier principio menos a uno: libertad de comprar y vender, tráfico, me gusta. La red como gran biblioteca, ideal humanístico, muta en panel publicitario en el que todo se confunde con todo —Mezquita de Córdoba, sudaderas— y, en esta experiencia selvática —¿democrática?—, perdemos el hilo del criterio —parafraseo a Umberto Eco— para descubrir que la neutralidad del algoritmo encubre el mismo rostro de siempre: varón blanco, posiblemente anglosajón, rico, conservador, confesional y sin habilidades sociales.

La ventilación del campo cultural se contamina con las miasmas de un capitalismo-bacteria resistente al antibiótico. Vivimos sobre ese filo sintetizando la tesis respecto al reverso oscuro de “lo normal” y del canon humanístico —el lenguaje del opresor, como decía Adrienne Rich— con la antítesis de lo mucho que necesitamos ese mismo lenguaje para abolir silencios y mantener conversaciones en el espacio público. Deberíamos descubrir a Luisa Carnés sin olvidar a Miguel Hernández. Igualmente, mientras se desarrollan nuevas maneras de leer vinculadas a los estímulos digitales, no convendría desaprovechar las habilidades con las que ya contamos: los modos de procesamiento de la información del patrimonio analógico. Lo que, para bien o para mal, somos.

No se trata de dejar de escuchar a Bach por haber sido un déspota —el ejemplo es de Tár—, sino de que no se reblandezca nuestra comprensión lectora, la lentitud, la memoria que nos permite establecer relaciones. Las humanidades están en crisis porque ha cambiado sustancialmente nuestra forma de relacionarnos con los textos. Nuestro compromiso. Otra vez, el capitalismo tecnológico perpetúa un concepto de cultura, demagógicamente enquistada en nociones reduccionistas del ocio y lo popular, que a su vez gentrifica los estilos haciendo de muchos libros el mismo. Lo universal se identifica con lo global; en este desplazamiento semántico la cultura se decolora como el centro de ciudades uniformadas por la globalización: en esta uniformización perdemos la destreza para “empinarnos” —la metáfora es de Ida Vitale— frente al texto intrépido, no familiar, que ensancha nuestra visión del mundo y nos hace experimentar placeres que a veces nacen de los discursos aparentemente opacos frente a esos otros discursos, aparentemente transparentes, en los que anidan huevos de escorpiones.

Los interlocutores en la conversación cultural hemos aceptado que quien paga manda. El oficio de escribir se convierte en práctica bufonesca, en la que se reconoce el miedo a perder un sitio —¿transformador?— y paradójicamente se hace fuerza para perderlo asumiendo que tu trabajo no vale para nada. ¿Cómo es posible que nos hayamos convencido de que nuestras palabras son humo y no tenemos ninguna responsabilidad? ¿Cómo es posible que nuestra satisfacción lectora se reduzca a ser el objeto de la seducción? Escribiendo, leyendo, construimos significado y realidad. En las aulas, lenguas, filosofía, humanidades ayudan a que no se seque esa capacidad de comprensión que nos permite reconocer, relacionar, criticar, metabolizar estratos y sedimentos de nuestra condición humana. De la cultura como cultivo.