Arde Bogotá, *A lo oscuro.
Un día largo el de ayer, trabajo, familia, amigos pródigos, vuelta a casa, noticias y a la cama. Esto de las noticias fue lo peor, no hay que leer nada de lo acontecido en el día si uno quiere dormir plácidamente, sin pesadillas, sin preocupaciones, pero ¿cómo lograrlo? Esta mañana llega la resaca, y con ella los periódicos publicarán sus perlas de portada, los habrá iracundos, los más, otros apoyarán el pulso con T, que ha hecho y deshecho; ya el ABC habla de antiamericanismo, como era de esperar. Si disientes con el Jefe eres antiamericano, discrepar no es una opción, o conmigo o contra mi. Mientras, Ayuso, en NY (de "gira internacional", proclama ella), aprovecha para esparcir mierda sobre Sánchez, cómo no (té echa que algo queda, Goebbles dixit). En la reunión de La Haya los países mostraron sus cartas sobre el tapete, repartidas por el crupier, a la par que dueño del casino, con el inefable Rutte como Jefe de Seguridad ojo avizor; lo que hay: pleitesía y miedo o viceversa, la banca gana. Todos firmaron, pero ¿cuántos podrán pagar finalmente ese 5%? Sánchez aprendió la lección de la crisis del 2008, posiblemente recordando el terrible sufrimiento de Grecia, subido al carro en el camino que marcaba la UE y que aquel país pudo cumplir a duras penas.
Si bien es un hecho que los logros sociales no se pueden dar por seguros (véase la 2ª República española, Alemania en los años 30 del siglo XX, Irán pre-Ayatolás o Afganistán sin talibanes, como ejemplos ilustradores), la postura de España en esta ocasión es, como mínimo, digna de estudio y de elogio por varias razones, empezando porque a) ha plantado cara al abusador, b) defiende los intereses económicos de nuestro país. Es como mínimo preocupante que ningún país de los que integran la OTAN se haya salido del guión, salvo España; deja sin aliento la reacción de T, retratado en esa foto que pasará a la Historia con el dedo índice intimidatorio mientras nos amenazaba con un (sic) “Su economía podría saltar por los aires si ocurriera algo malo”. Esto sí que da miedo, y mucho.
Tardando están en ponerle nombre a esta era tras la Guerra Fría, estando Rusia de vuelta en el tablero de juego, con Putin como tahúr, Irán en la retaguardia y China como convidado de piedra repartiendo las bebidas y los frutos secos, mientras las guerras en Ucrania y Gaza no terminan, a pesar de la promesa de finalizarlas una vez llegara ÉL a la Casa Blanca.
¿Qué nos queda ahora? No sé qué decir, desde luego intentar pensar en otra cosa, aunque solo sea por salud mental. Por lo pronto acaba este fin de semana la temporada de Ópera 2024-2025, con "Parsifal" de Wagner, me han puesto un Consejo escolar la semana que viene, para explicar la reforma del colegio, Avicii suena ahora en Spotify, tengo una presentación de un libro esta tarde al mismo tiempo que un concierto de piano en la Real Academia Canaria de Bellas Artes de San Miguel Arcángel, tanto nombre para tan poco tiempo libre. Me decanto por un buen rato de tranquilidad tomando un café con una amiga. Mañana, por cierto, he quedado con mi prima Mercedes, Presidenta de la Asociación de la Memoria Histórica de Tenerife, para ponernos al día y a la que regalaré la novela de Francesc Escribano y otros autores, "El maestro que prometió el mar".
Veo en el horizonte dos días libres la semana que viene, en los que tengo previsto sentarme con calma a repensar las vacaciones de este años a finales de septiembre, habida cuenta de la cancelación de los planes originales por razones ya más que obvias.
Escucha la llamadaÚnete al grito de los cansadosLa vida fue un ensayo hasta ahoraSal a la calle, salta las olasBrilla en la tarde tu luz de auroraQue el miedo cambie de bandoQue el precariado se haga visibleQue no se olviden de tu alegríaQue la tristeza, si es compartidaSe vuelve rabia que cambia vidas.
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Ismael Serrano, *La llamada.
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