Nace Pueblo Pufo, el parque temático de los tranques canarios
Del glog EL BAIFO ILUSTRADO
En Pueblo Pufo hay un tren de levitación magnética, tres puertos -uno con barcos y dos sin ellos- y una terminal de aeropuerto siempre medio vacía. Se trata de un ambicioso proyecto que conjuga entretenimiento, indignación y tecnología en un parque temático único en España. Situado al sur de Tenerife, Pueblo Pufo alberga en sus más de 20.000 metros cuadrados las ideas más locas salidas de las cabezas de los gobernantes canarios. “Todo es como el mundo real”, informa Ricky, uno de los guías al Baifo Ilustrado. “Nuestra Montaña Tebeto tiene una ranura donde puedes introducir billetes que jamás recuperarás. Y nuestro hospital -en realidad una parcela vacía- tenga por seguro que jamás se construirá”.
Y es que en Pueblo Pufo todo parece estar inspirado en la Canarias de los últimos años. Haciendo honor a su nombre, el parque se levanta sobre un terreno expropiado ilegamente a una pobre vieja alemana que a duras penas entiendía español. “Todo aquí es peculiar”, advierte Ricky, “el día del cliente la entrada cuesta el doble y los precios de nuestro Pufo-Restaurante varían según la pinta del comensal”, nos comenta entre risas. “Siempre hay pardillos a los que se les puede sacar más, je, je”. Y todo bajo la atenta mirada de quinientos policías autonómicos que han encontrado en el servicio de vigilancia del parque su destino definitivo.
El parque se divide en tres áreas temáticas. Así, el área “Yo no he sido” muestra a los visitantes aquellas ocurrencias de cuya autoría todos reniegan, el área “De la que nos salvamos” desvela todos los chiripitiflaúticos proyectos que la crisis impidió que se hicieran y en el área “Esto lo pagas tú” puedes sentirte importante caminando entre gigantescas banderas con mástiles de 50 metros y edificios de aparcamientos inacabados. Aunque las atracciones más populares son sin duda “La Mordida” o “El Transrapid de la Bruja“, en Pueblo Pufo no podía faltar la terrorífica “Casa del No“, donde a modo de Resident Evil, el visitante tendrá que escapar de amenzantes perroflautas y falsos ecologistas. “Pueblo Pufo es para toda la familia”, explica nuestro guía, “los papás pueden ver en qué se han gastado inutilmente su dinero y los peques descubrirán lo que tendrán que pagar mientras vivan”.
Al despedirnos nuestro simpático guía nos invita a volver no sin antes recordarnos que no olvidemos pagar al salir.
-¿Pagar?
-Sí, jajaja, ¿no les dije? Aquí se paga al entrar y se paga al salir. ¡En Pueblo Pufo nunca terminas de pagar!
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