El musical de Grease, menos edulcorado que la película, llegó a Broadway hace cuatro décadas.
Begoña Gómez Urzaiz
07 de junio de 2012. 07:10 h.
T-Birds y Chicas de Rosa, estribillos que se enganchan como chicles al asfalto y dramas de taquilla de instituto. Alguien tendría que haber pasado los últimos 40 años en hibernación para no saber quiénes son Sandy Olson y Danny Zucco.
Hoy se cumplen 40 años del estreno de la producción original del musical Grease en Broadway. Un año antes se puso en escena en Chicago una versión inicial, mucho menos edulcorada que la obra que ahora conocemos, con mayor presencia de la violencia entre bandas y más insistencia en el origen working-class de los protagonistas. Aquella primera obra se llamaba Grease Lightning, estaba basada en la experiencia del compositor, Jim Jacobs, en el instituto William Taft, también de Chicago y ni siquiera era un musical. Dos productores de Nueva York la vieron y recomendaron a los autores que potenciasen las canciones. En 1971 se la llevaron al Off-Broadway y, finalmente, en junio del 72, el musical debutaba en el Broadhurt Theater de Broadway. En esa primera encarnación aguantó 3.338 representaciones, rompiendo el récord de permanencia en cartel para un musical.
Durante sus primeros años en cartel pasaron por allí Patrick Swayze y John Travolta en el papel de Danny. Richard Gere, que hacía de doble, no llegó a debutar en Nueva York, pero fue el elegido para ser el protagonista cuando el show se trasladó al West End de Londres. En distintos revivals, también han tenido papeles Rosie O’Donell, Brooke Shields (que fue Sandy en 1994) y Megan Mulally, de Will & Grace. Pero el musical debe la mayor parte de su fama a la versión para el cine, que llegó en 1978, con Travolta en el papel protagonista y trasladando la acción de Chicago a California. Fue Travolta quien insistió para que el papel de Sandy fuese para Olivia Newton-John, que entonces apenas era conocida. A pesar de eso, se quiso potenciar su papel y se escribió una canción para su lucimiento, Hopelessly devoted to you. También se añadieron Sandy y el hit You’re the one that I want.
La película pasará a la historia, entre otras cosas, por uno de los repartos menos realistas en un filme sobre adolescentes. Todos los personajes principales tienen entre 17 y 18 años, aunque les dieran vida actores como Stockard Channing (Rizzo, la chica mala que no lo era tanto y que se queda embarazada), que entonces tenía 34.
A la audiencia, al parecer, no le importaron esos pequeños detalles, ya que la historia de amor entre el greaser y la niña buena, se convirtió en uno de los éxitos de taquilla del verano del 78, y su banda sonora arrasó. Curiosamente, tratándose de un producto tan descaradamente comercial y que suavizaba el musical original, también tuvo críticas más que correctas. Variety dijo de ella: “Grease funciona, desde los sobresalientes títulos de crédito animados hasta ese final en el que John Travolta y Olivia Newton John vuelan al cielo de los adolescentes”. Otra reseña más reciente en el Guardian, con motivo del lanzamiento de un DVD en el vigésimo aniversario de la película, destacaba lo poco timorata que resulta la película comparada con otros clásicos del género teen: “Es sorprendentemente sucia. Su mensaje es: quema rueda, practica sexo, ve por ahí bailando el funky chicken. Y eso es algo difícil de resistir”.
No se puede decir lo mismo de la secuela cinematográfica de 1982, con Maxwell Caulfield y una joven Michelle Pfeiffer, que pudo reponerse del fiasco al principio de su carrera. La película fracasó en taquilla, lo que cerró el grifo a otras posibles secuelas.
El musical sí ha tenido después decenas de revivals en todo el mundo, entre ellos el montaje español, con Edurne y Jordi Coll, que está ahora de gira por varias ciudades.
Igual que producciones escolares (la obra es la más representada en los institutos estadounidenses y existe una versión adaptada, sin alcohol ni cigarrillos), existen parodias y versiones de Grease de todo tipo y condición. Anne Hathaway y James Franco filmaron una para promocionar los Oscar de 2011 y en Padre de Familia se marcaron una basante irreverente.
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