Comentaba anteriormente mi interés por la transición en Egipto después del triunfo en las primeras elecciones democráticas de un partido islamista. El nuevo Presidente se apresura a decir que "el islam es la solución" a la par que asegura que se mantendrán los tratados actuales, incluso los de paz con Israel. ¿Será posible de verdad una transición democrática cuamdo la religión es la punta de lanza de los cambios...? Habrá que darle al país un voto de confianza, insisto, pero yo soy pesimista al respecto.
Aquí, en España por ejemplo, a la Conferencia Episcopal se les estará haciendo la boca agua imaginando un Presidente del Gobierno "catolicista" que dijera que "El cristianismo es la solución". Imaginemos pues esta ucronía: ha ganado un partido abiertamente ultraortodoxo y catolicista, pongamos que del Opus Dei, de los Legionarios de Cristo o de los Kikos, de manera que la separación entre Iglesia y Estado, que tanto tiempo ha necesitado para existir, más o menos aún, a la basura. Las mujeres vuelven a sus casas a hacer la comida y traer hijos al mundo, como dios manda, la Iglesia integra uno de los cuatro poderes del Estado, junto al Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial y ser ateo es ilegal, además del divorcio, el aborto, la homosexualidad, el derecho a la huelga, etc., etc., etc.
¿Se pueden imaginar un escenario así?
Pues algo parecido deben estar pensando los no islamistas egipcios en estos momentos.
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