lunes, 2 de julio de 2012

ISAAC SHAMIR, R.I.P.

Isaac Shamir, el 'halcón' israelí
Sal Emergui. Jerusalén

Cuando los principales telediarios en Israel informaban del enésimo amago de crisis en la coalición de Gobierno, llegó la noticia que alteró la programación y provocó numerosas declaraciones de pésame de ministros y diputados. El que fuera primer ministro de Israel, Isaac Shamir, ha fallecido en un asilo de Tel Aviv. Tenía 96 años.
Una vida que empezó en 1915 en la entonces ciudad polaca de Ruzhany, siguió con su marcha de la Europa dominada por los nazis donde fue asesinada toda su familia y ha acabado en la noche de este sábado. "Sólo quiero que me recuerden como alguien que luchó y defendió la tierra y el pueblo de Israel", reveló en una entrevista antes de que el Alzheimer le dominara por completo.
"Los árabes quieren paz pero sólo con la condición de que los judíos no estemos aquí", defendía tanto en su juventud como en sus últimos días en la vida pública. De ahí que su respuesta a cualquier concesión territorial fuera breve y clara: "No".
Shamir fue cabecilla de un grupo armado clandestino judío antes de la creación de Israel, agente del Mosad, diputado, presidente del Parlamento, ministro y, en dos periodos diferentes, jefe de Gobierno.
Fue de los primeros políticos israelíes en recibir al presidente egipcio Anwar Sadat en su histórico viaje a Israel en 1977. Fue también el dirigente que decidió contenerse en 1991 al ataque iraquí de decenas de misiles Scuds contra el centro del país. Su decisión de no responder fue elogiada por Estados Unidos que temía perder la coalición que incluía países árabes en la Guerra del Golfo contra Saddam Hussein.
Fue el dirigente israelí que, pese a su inicial y férrea oposición, participó Conferencia de Paz de Madrid (el 30 de octubre de 1991) que reunía por primera vez en una mesa a israelíes y los países árabes. Los palestinos acudieron incorporados en la delegación jordana.

'Luchadores por la libertad'
Más allá de la participación de los padrinos, George Bush y Mijail Gorbachev o la enorme frialdad en la imponente sala madrileña, se recuerda la intervención del ministro Exteriores de Siria, Faruk A Shara acusando a Shamir de "terrorista" y ondeando ante las cámaras y el propio dirigente israelí un retrato suyo cuando era miembro de un grupo paramilitar en los 40. Shamir replicó calificando el discurso sirio como "propaganda digna de Goebbels", en alusión al dirigente nazi.
Tras liderar LEJI (las siglas en hebreo de "luchadores por la libertad de Israel"), responsable de varios ataques contra las fuerzas del Mandato Británico, fue detenido y expulsado a Eritrea. Con la creación de Israel en el 48, regresó para ser reclutado siete años después como agente del Mosad en Europa.
En el 73, accedió a la Knésset en la lista del conservador Likud. Tras la primera victoria de la derecha en Israel (77) fue elegido presidente del Parlamento, cargo con el recibió a Sadat. Pese a ello, se abstuvo en la votación del acuerdo de paz con Egipto que supuso la retirada del Sinaí.
Tras la dimisión de Menajem Beguin, fue nombrado primer ministro (83-84). Posteriormente formó Gobierno de unidad y rotación con el "enemigo" laborista Simon Peres. En las elecciones del 92, fue derrotado por Isaac Rabin. Shamir exhibió rotunda oposición a los Acuerdos de Oslo con el líder palestino, Yasir Arafat.
En el 98, no tuvo reparos en criticar a su viejo protegido y primer ministro Benjamin Netanyahu, a raíz de los Acuerdos de Hebron.
Netanyahu ha recordado este sábado que "Shamir perdió a toda su familia en el Holocausto". "Pertenece a la generación de gigantes que crearon el Estado de Israel y lucharon por la libertad del pueblo judío y su tierra", ha dicho el que fuera viceministro de Exteriores en la Conferencia de Madrid.
Hace unos años y ante la dificultad de comunicarse con Shamir, su hijo Yair reconocía que "es una situación muy difícil porque está pero no está. Es duro especialmente ya que era un hombre de acción y cerebro".
Antes de perder la batalla contra el Alzheimer, el dirigente conocido también por su discurso seco y escasa estatura, acostumbraba a hacer caminatas en el Paseo Marítimo de Tel Aviv. Hace un año, ni siquiera reaccionó a la muerte de su esposa Shulamit con la que se había casado en 1944.

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