No al petróleo en Canarias
19 de marzo de 2012. Blog ME TIENEN FRITO
Ni cien días de gracia le ha dejado José Manuel Soria al Archipiélago Canario desde su nuevo juguetito para alimentar su ego llamado Ministerio de Industria, Turismo y Comercio porque ha sido llegar y rescatar el viejo proyecto de la era Aznar consistente en autorizar a la multinacional Repsol YPF a hacer prospecciones en busca de petróleo frente a las costas de Fuerteventura y Lanzarote. Todos recordamos a Soria cuando fue Consejero de Economía y Hacienda del Gobierno de Canarias preparando la chequera para pagarle al empresario Bittini hasta que el Presidente Rivero, abrumado el escándalo de pagarle a un empresario 103 millones de euros en plena crisis económica, le quitó el expediente de las manos y, haciendo caso a las tesis de Francisca Luengo, se llevó el expediente al Tribunal Supremo donde los contribuyentes nos ahorramos de pagar un dinero que sin el que ahora estaríamos más hundidos si cabe. El caso es que la autorización de las prospecciones en las costas de Canarias vía Consejo de Ministros del 16 de marzo huele a más de lo mismo y ya se sospecha que la estrategia de Soria es generar derechos a favor de Repsol con lo que ya se habla de un nuevo Caso Tebeto.
Por una vez, y seguramente no servirá de precedente, no voy a criticar al Gobierno de Paulino Rivero por intentar detener semejante disparate que podría traer unas consecuencias desastrosas para la economía y el medio ambiente del archipiélago en caso de realizarse y criticaré estas medidas como siempre he criticado las grandes infraestructuras que se lleva, o se pretenden llevar, a cabo en las islas porque no tienen lógica y se tratan siempre de la ejecución de un pelotazo astronómico. En todo caso este discurso, que comparto con mucha gente que se moviliza o se ha movilizado contra este tipo de infraestructuras, es el mismo de siempre y guarda una coherencia que ya quisieran tener para sí los que nos gobiernan. Estos días hemos escuchado este mismo discurso, que este tipo de obras no generan empleo, que suponen un atentado a la biodiversidad canaria o que puede hundir el sector turístico, en el mismo Parlamento de Canarias a través de los portavoces de los partidos que sostienen al gobierno como son CC y PSOE. Estos partidos defienden con uñas y dientes un pelotazo de similares características que se está llevando a cabo en las costas de Granadilla con la construcción de un puerto industrial abocado al fracaso mientras que usan nuestro discurso para criticar las prospecciones que se van a realizar al este de Fuerteventura y Lanzarote. En todo caso se les da la bienvenida a estos dos partidos en este sendero de cordura pero mientras sean capaces de defender una cosa y su contraria dependiendo de los casos, prospecciones o puerto de Granadilla, están dando a entender que el pelotazo del petróleo no va con ellos porque se los ha dejado de lado y por eso se empeñan en censurar este proyecto. Los hechos han sido tercos en Canarias durante todo este tiempo: Coalición Canaria cuando ha defendido el bien común ha sido porque el suyo particular se beneficiaba por ello ya que este partido es sinónimo absoluto de la corrupción en Canarias.
El medio natural de Canarias es algo más que un objeto decorativo o una excusa para hacer supuestas políticas verdes que oculten otro tipo de intereses oscuros o que maquillen situaciones impresentables como el vergonzoso Observatorio Ambiental del Puerto de Granadilla. Como bien se ha dicho estos días el medio canario es el verdadero motor de la economía del archipiélago. Particularmente estoy muy molesto por la manera tan oscura en la que se ha hecho todo este montaje por parte de Soria y Repsol, a toda prisa para que la trasposición de la normativa europea que se prepara no le haga el negocio más caro a la petrolera, incluyendo la visita del presidente de la compañía prometiendo 50 mil puestos de trabajo para una empresa que en todo el mundo tiene contratadas poco más de 36 mil personas. De momento Repsol ha untado pasta a las cabeceras de periódicos como La Provincia y La Opinión de Tenerife para que sus titulares sean puro publirreportaje de los intereses de la compañía de petróleos. En una tierra como la canaria, donde las voluntades se compran con facilidad y se desconoce el significado de la palabra ética, ya tenemos precedentes de este tipo con la publicidad inútil con la que se han financiado medios gracias a Endesa Unelco. Lo más seguro es que sea muy dudoso que se pueda extraer crudo en esa zona y que este sea rentable. Aún así tener un riesgo tan fuerte cerca de nuestras costas es un lujo que no nos deberíamos permitir porque como hubiera un problema serio de vertidos es muy probable que todo el archipiélago y las costas africanas se vean afectadas. No hay más que recordar cómo se extendió el derrame en el Golfo de México en 2009 y cómo se vio afectado el turismo, la pesca y la economía en general de la zona. Una operación como la de Repsol, que no va a dejar nada a nuestra economía, sería como tener un monstruo al este de Lanzarote y Fuerteventura. Esto es algo que no nos deberíamos permitir como no deberíamos permitirnos las regasificadoras que el gobierno de Canarias lucha por construir en Tenerife y Gran Canaria para seguir con la coherencia.
Bajo el lema Canarias lo tiene Crudo se ha iniciado una campaña de concienciación ciudadana contra la irrupción del petróleo en el archipiélago llevada a cabo por Ben Magec y otras organizaciones ecologistas canarias que invito desde aquí a difundir ya que la presión social en estos casos es muy importante. Como pasó con las torres que querían atravesar los montes de Vilaflor donde CC se sumó a la manifestación a última hora en contra de Unelco a pesar de ser los primeros valedores de esta empresa la protesta en todo el archipiélago del día 24 de marzo corre el riesgo de que esta gente trate de manipularlo nuevamente. Quién nos iba a decir a muchos que un día alguien tan siniestro como el imputado Domingo Berriel, responsable de los mayores desaguisados cometidos en las islas, se iba a echar a la calle y a protestar contra una decisión que si hubiera pillado la defendería hasta con su vida.
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