No pude ir a la manidestación del 29-M, tengo problemas domésticos imposibles de aplazar: las bombas de fecales que impulsan las aguas negras al alcantarillado han dejado de funcionar; lo entienden ¿verdad? Menos mal que siempre hay algún alma caritativa, en este caso mi amiga Mari, que me manda la crónica fotográfica de rigor que comparto raudo.
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