El derecho a huelga va intrínseco en la democracia, guste o no. Igual que los piquetes son reprochables, también lo es que se amenace o amedrente a los trabajadores para que no acudan a la huelga y sí a sus trabajos. Repito, el derecho a huelga existe y es legal. Bien, partiendo de esto tan simple, estés de acuerdo a no con la huelga de hoy, vayas a trabajar, a la manifestación o te quedes en tu casa, que cada cual decida hacer lo que le dé la gana, los argumentos para estar en un lado u otro son muy variados y, como casi siempre, los que están en contra olvida que, ellos mismos, apoyaron antes, fervientemente, manifestaciones y huelgas cuando gobernaba el PSOE. Hasta la Iglesia salía en manada demandando lo que consideraba el camino de la luz, léase no al aborto, no al matrimonio gay, no a todo lo que suponga modernidad.
Veamos un ejemplo que ilustra lo que he comentado: la portada de la edición de hoy del periódico LA GACETA. Es éste un claro ejemplo de la incongruencia del periodismo tan sectario, que a veces los argumentos brillan por su ausencia. Ser de una ideología u otra es completamente normal, de manera que cada cual pueda idntificarsee con una línea editorial y seguirla (el mejor ejemplo: los seguidores del ¡ha sido ETA! de EL MUNDO). Bien, como iba diciendo, LA GACETA, hoy menos ofensiva que otras veces, saca su portada reclamando que España trabaje, tal y como lo hace LA RAZÓN, con el titular "Trabaja por España" (¿no les suena a un titular de hace mil años? A mi me da hasta miedo), nos dice que España quiere trabajar pero son los sindicatos los que no la dejan... De pena. Pero, ¡oh sorpresa!, en la misma portada nos
ofrece otra guinda, esta vez se hace eco del reclamo del Papa en Cuba reivindicando la libertad de conciencia. Pero a ver, ¿en qué quedamos? ¿libertad de conciencia sí, por supuesto, pero libertad política... ya veremos? ¿liberdad para profesar la religión católica en Cuba sí pero ir a la huelga no porque uno sería un mal español?
A mi que me perdonen porque acepto que se vaya a la huelga o no -cada uno que actúe según le dicte su conciencia-, pero no esta doble moral reaccionaria y servil. Ahora todo lo que hace el Gobierno está bien, todo, y si además tenemos a la Iglesia detrás pues ¡fuegos artificiales! El servilismo, que opción más terrible. Treinta años de democracia tirados a la basura.
Tiempos más oscuros nos esperan; mundo cretino.
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