Han cambiado tanto las cosas en unos pocos años que uno se pregunta si la vida, tal como la conocemos, tiene algún sentido. La gran "clase media" disfrutaba hasta hace poco de algunos pequeños placeres propios de un colectivo trabajados, medianamente ahorrador y que invertía lo recaudado en lo dicho, algunos pequeños lujos tales como viajar de vez en cuando, cambiar de coche cuando era necesario, comprar ropa, ponerle aparatos correctores al niño, pintar la casa cuando los desconchones son ya demasiado visibles, etc. ¿Queda algo de esto? más bien no. Ahora para cada necesidad (acción), como la Ley de Newton, hay una resouesta automática (reacción)...
Mmmm, no sé, mejor ahorrar
¿Y si dentro de unos meses no podemos pagar la hipoteca?
¿Y si no hay fondos para la letra del coche?
¿Tú crees que es un buen momento?
No, claro que no, ya no es un buen momento para nada. Nuestra sociedad se ha convertido en la Metrópolis de Fritz Lang, nos levantamos, marchamos hacia el trabajo, marchamos de regreso, dormimos y al siguiente silbato volvemos a marchar. ¡Dichosa crisis!
Y para ser menos frívolo, dichoso tercer mundo que no tiene a nadie que lo ayude ahora cuando los países "ricos" no hacen sino mirarse el ombligo, preguntarse ¿cómo hemos llegado a esta situación? ¡para automáticamente mirar hacia otro lado!
1 comentario:
¿le estas dando pistas al enemigo?
A ver si te va a poner una cadena atada a a mesa y una campana que tendrás que tocar cuando quieras ir al baño para que te alarguen la cadena no sea que se te ocurra ir a alguna reunion
Publicar un comentario