Julita, una joya de secretaria que vale x 4
“¿Qué hay de malo en tener cuenta en Suiza? ¿No es lo mismo que Zaragoza?”
La secretaria del duque de Palma intenta defender el desvío de fondos del yerno del rey al extranjero en su declaración ante el fiscal. El juez a Julita Cuquerella: “Diga la verdad o la imputo”. El juez investiga los manejos fiscales con los viajes de los nietos del Rey .
A. MANRESA / J. GARCÍA Palma / Barcelona 31 MAY 2012 - 17:01 CET
La secretaria de Iñaki Urdangarin admitió ante José Castro, el juez de Baleares que investiga el llamado 'caso Noos', que ella fue la autora de una nota manuscrita en la que se indicaba cómo cobrar un dinero a través de una cuenta suiza. La investigación judicial ha acreditado que el duque de Palma cobró a través de una empresa vinculada a Aguas de Valencia (Agval) una comisión de 370.000 euros por su asesoramiento. El dinero supuestamente se ingresó en dicha cuenta, cuya numeración fue hallada en la nota manuscrita cuya autoría reconoce la secretaria de Urdangarin durante el registro de la empresa del duque en Barcelona. Por unos miles de euros, esa operación de Urdangarin de fraude al fisco no tiene la consideración de delito fiscal, tipificado para aquellos supuestos en que lo no pagado a la Hacienda Pública supera los 120.000 euros.
En el interrogatorio como testigo a la asistente personal de Urdangarin, celebrado en Barcelona el pasado 20 de abril, el fiscal insistió sobre la nota manuscrita que dirigió la investigación hacia la cuenta del duque de Palma en Suiza. Esta es la transcripción literal que figura en el sumario sobre dicho interrogatorio, que en ocupa 30 folios del sumario, del que ya EL PAÍS ha publicado una entrega anterior.
Fiscal. ¿Era un contrato firmado por un tal Robert Cooks, con Aguas de Valencia?
Asistente de Urdangarin. Es que me lo dieron [el contrato] en un sobre cerrado. No lo sé [quién lo firmaba], señor fiscal; de verdad, me lo dieron en un sobre cerrado.
Fiscal. ¿Quién se lo dio?
Asistente. El señor Urdangarin y me dictó la nota, sí (…) No me parece nada mal, no veo nada malo en esa nota [que escribió ella].
Fiscal. Nadie le dijo que haya nada malo en esa nota, [pero en ella] hay una cuenta en Suiza ¿Se la dio el señor Urdangarin?
Asistente. ¿Qué hay de malo tener una cuenta en Suiza? ¿No es lo mismo Suiza que Zaragoza?
Juez. Señora, señora, no califique, conteste a la pregunta. Y ya no la apercibo más, ¿eh?
Asistente. Perdone, perdone.
Fiscal. ¿Usted tiene una cuenta en Suiza, señora Cuquerella?
Asistente. Yo no.
iscal. ¿El señor Urdangarin tiene una y a través de un testaferro, un hombre de paja que se llama Robert Cooks? ¿Esto tampoco es tan normal?
Asistente. Yo no sé si el señor Urdangarin tiene una cuenta en Suiza.
Fiscal. Deje de preguntarme.
Asistente. Me ha preguntado usted. No me deja que le cuente como pasó, señor fiscal.
Fiscal. Dígame.
Asistente. Vale. Estábamos el señor Urdangarin y yo despachando y me dice: "Julita, este sobre junto con una nota que te voy a redactar, por favor, haz que llegue a Miguel Zorio [intermediario entre el duque y la empresa vinculada a Aguas de Valencia]". "De acuerdo", digo. "Muy bien". Inmediatamente coge el teléfono y llama, creo que fue, de esto no estoy completamente segura, al señor Treviño, José María Treviño. Le da este número de cuenta, porque yo veo que el señor Urdangarin apunta el número de cuenta, y entonces me da la nota. "Ponle esto a Miguel Tejeiro y queda con él". Perdone, a Miguel Zorio, [ya] que [esta] era la manera de hacérselo llegar. Y entonces me dijo: "Creo que va a estar en Barcelona estos días". Yo llamé al señor Miguel Zorio y el sobre con la nota se los llevé a un hotel en el que se encontraba Miguel Zorio en Barcelona. Así es como pasó.
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