Me visitó ayer un fantasma del trabajo en la oficina, menos mal que fue visto y no visto, de los que no abundan pues normalmente se empeñan en quedarse, hacer ¡¡uuuhhh!!, rondarte, arrastrar las cadenas a tu alrededor y esas cosas fantasmales. Uno se siente en ocasiones morando en la casa Usher, menos mal que es puntualmente. Tras algunos espantones y puestos los puntos sobre las íes, o eso quiero creer, a otra cosa mariposa (negra).
Alejado ya el fantasma, en este caso femenina, entre una cosa y otra(s) llegué a casa a las 21:30h, muerto y para enterrar, a pesar de tener el sabor en la boca del trabajo bien hecho. Al final de la reunión nos ofrecieron unas viandas y, entre ellas, probé por primera vez un manjar de nuestra tierra: manises garrapiñados de gofio. Vaya un vicio.
Hoy escuchando la lista pública de Spotify "Relax & Unwind", empezando la mañana tras el primer café, hoy sin perla política mañanera. Por cierto, peligroso lo que tocó ayer de T, recordando que las fronteras ucranianas anteriores a la guerra con Rusia no volverían a ser las mismas después de la paz. Aviso a navegantes. ¡Y qué avisos!
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En el árbol de mi pechoGloria Fuertes
En el árbol de mi pecho
hay un pájaro encarnado.
Cuando te veo se asusta,
aletea, lanza saltos.
En el árbol de mi pecho
hay un pájaro encarnado.
Cuando te veo se asusta,
¡eres un espantapájaros!
En el árbol de mi pecho
hay un pájaro encarnado.
Cuando te veo se asusta,
aletea, lanza saltos.
En el árbol de mi pecho
hay un pájaro encarnado.
Cuando te veo se asusta,
¡eres un espantapájaros!
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