Como decíamos ayer... 5 años tardó el agustino en pronunciar esta frase que siempre me ha fascinado por la capacidad para plegar el tiempo. En mi caso no sé, ¿quizá estaremos hablando de 30 años? Y como si nada. Les cuento: me reencontré ayer con mi amiga P, con la que compartí mis años de estudiante de arquitectura, mis días y mis noches de insomnio, mis cafés, mis proyectos de vida. 30 años sin vernos, que se dice pronto, pero como si fuera ayer mismo. Fue abrazarnos, sentarnos -guardando las preceptivas distancias de esta nuestra nueva anormalidad- e hilar un tema tras otro de conversación hasta que ella tuvo que irse. 30 años no sé, pero dos horas sí que no dan para nada. Reencontrarse con un amigo es volver a casa y tener la chimenea encendida en estos tiempos de tristeza y pesadilla. Welcome home!
Ya que he recordado a Fray Luis de León, vaya hoy un poco de canto gregoriano, siempre tan apacible y reconfortante para empezar este viernes día de Santa Rita. Y ya saben, lo que se da...
♫
Monjes de Silos, *Ave plena gratiae.
No hay comentarios:
Publicar un comentario