No son turistas, son pijos maleducados
Víctor Riverola. 29/04/15
Rodar documentales en Nepal aporta experiencia. Te das cuenta
de dónde estás, quién eres, qué eres… con respecto al resto del mundo. Ser
alpinista ayuda a sentirse pequeño, fomenta el compañerismo, cura el alma y en
ocasiones, te obliga a tirar de humildad, grandes dosis de humildad, cuando
dejas los Pirineos y los Alpes y te lanzas a la conquista de cumbres situadas
en lo que conocemos como el Tercer Mundo.
Nepal ha vivido el horror, ha experimentando la violencia de
la madre naturaleza, atrapando a miles y miles de turistas que se encontraban
en Kathmandú y en los valles que descienden de varios ochomiles. Algunos se
encontraban en Pockara, otros en Kathmandu y algunos en Luckla, con su
aeropuerto espectacular, desde donde parte el trekking del campo base del
Everest, donde de momento, han fallecido mas de 20 alpinistas. Las cornisas de
hielo que separan la cumbre del Pumori del Everest, por encima de la cascada
del hielo del Khumbu, son peligrosas a lo largo del año. Con un terremoto de
7,9 la situación cambia por completo y tal y como ha sucedido, la mayoría de
cornisas se han desprendido, causando avalanchas impresionantes. Solo quien ha
vivido un alud puede saber lo que se siente. De momento, junto a los miles de
fallecidos y heridos, tenemos a ocho millones de nepalíes afectados por el
terremoto. Unas 72.000 personas están abandonando a pie la zona del valle de
Katmandú en busca de agua y comida, mientras miles de occidentales protestan
porque les están evacuando lentamente. Algunos incluso se quejan de que les
tratan como perros…
Quienes son incapaces de comprender dónde están, en qué país
están y lo que les ha pasado a las gentes que les acogen, no son turistas, son
pijos maleducados. Gente sin alma, sin corazón, que viven a golpe de talonario
creyéndose superiores a los demás. Si el aeropuerto es un caos, te esperas. Si
tienes hambre, piensa que los nepalíes todavía tienen más hambre. Ellos han
perdido su casa, tú no. Ellos han perdido a familiares y amigos, y no tienen un
país que les acoja y les envíe un avión. Tú tienes American Express, ellos no.
Viajar a zonas pobres, por muy cool que pueda parecer, conlleva aceptar unas
normas del juego que muchos desconocen, o peor… muchos no han sido educados
para conocerlas.
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