domingo, 17 de mayo de 2015

FAO SCHWARZ

Me entero con pena que la juguetería FAO SCHWARZ de la 5ª Avenida de Nueva York se va, sí. Leo que el alquiler de los bajos del rascacielos donde está desde hace más de 30 años es demasiado alto para los tiempos que corren; los juguetes de toda la vida han de competir con los tecnológicos, cosa muy difícil. 
Esta tienda forma parte de mi memoria neoyorquina como otras pocas cosas, pues no he dejado de visitarla en cada uno de mis viajes, ya sea solo, o para enseñarla a mis acompañantes. Incluso ahora, cuando la todopoderosa APPLE montó su flamante tienda con acceso en forma de cubo de cristal al lado, seguía siendo mi visita obligada: >vale, nos vemos en un rato, tú entras a APPLE y yo a FAO...
A mi ahijada Raquel le compré allí un órgano de suelo, para tocar con los pies; regalos para mis ahijados, mi sobrino, mis 'sobrinos' los compré también allí. Incluso un imán en forma del icónico reloj que compré en mi primer viaje a Manhattan, hace más de 30 años, el mismo que estuvo muchos años en mi nevera hasta que desgraciadamente se partió y no hubo forma de repararlo. Entrar saludando al soldadito de carne y hueso vestido de plomo, lo primero que te encuentras en la gran tienda, para descubrir un gigantesco mundo de peluches acompañado de una música a repetitiva WELCOME TO OUR WORLD!, un ascensor al fondo, donde detrás encontrabas las gominolas y chocolates o los personajes de SESAME STREET, una escalera mecánica, a la izquierda, que te invitaba a la planta alta, con más juguetes, la zona de LEGO o de STAR WARS, super héroes, muñecas clásicas y más cursis, disfraces, coches, etc., etc., etc. Fue en esta planta donde Tom Hanks rodó su ya famosa escena del baile sobre el órgano en su pelíbula BIG BIG BIG. Y si aún te quedas con ganas de descubrir nuevas cosas, no podías de jar de bajar a la planta -1 donde te encontrabas con el mundo electrónico de los videojuegos y los aparatitos más sofisticados. 
El gran espacio de la esquina sureste del Central Park, frente al Hotel Plaza, no será ya lo mismo sin FAO SCHWARZ. Esteré pendiente a ver a qué local trasladan la maravillosa tienda.


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