Una filtración de la sanidad pública revela datos privados de transexuales
Nombres y detalles de las operaciones realizadas en la unidad de género de Madrid se difunden en un blog. Los afectados estudian interponer una denuncia.
Emilio de Benito Madrid 20 ENE 2012 - 00:43 CET
El nombre de 22 personas transexuales operadas en el hospital madrileño de La Paz, el encargado de ofrecer estos tratamientos dentro de la unidad de identidad de género de Madrid, ha sido aireado en un blog dentro de una publicación religiosa digital. El hecho ha sido denunciado por la diputada autonómica Carla Delgado (PSOE, conocida artísticamente como Carla Antonelli), que ha presentado una interpelación parlamentaria en la Cámara regional.
En el listado se especifican los nombres junto con el tipo de intervención (penectomía, aumento de mamas, vaginoplastia, etcétera) y el proceso (de varón a mujer, por ejemplo). El autor del blog, Manuel Morillo, afirma que se trata de “pacientes y casos reales”, aunque advierte de que “los nombres pueden ser otros para evitar la represión judicial del sistema”.
Pero esta explicación no convence a los afectados. “Es absolutamente falso que se hayan cambiado los nombres”, dice María —nombre supuesto—. “Eso es mentira, y además todas nos conocemos y yo he podido reconocer a varias amigas que, a su vez, han identificado a otros conocidos”. Algunos de los nombres son “tan peculiares que quienes conocemos a la persona no hemos tenido duda de a quién se referían”, afirma.
Delgado exige “la depuración de responsabilidades del centro hospitalario o personas desde donde se filtraron, los colaboradores necesarios en esta vulneración de la Ley de Protección de Datos y en esta incitación al odio”. La Dirección General de Recursos Humanos de la Comunidad de Madrid ha abierto una investigación para comprobar si en algún momento se ha violado la confidencialidad de los datos de los pacientes atendidos en la unidad, según ha informado una portavoz del hospital de La Paz.
María —cuyo nombre real es bastante frecuente— se enteró de que estaba en la lista “porque una amiga la vio en el Facebook de un amigo”. Para esta mujer, que trabaja haciendo tareas de mantenimiento para una comunidad de vecinos, “aunque no se publique el apellido, se vulnera la intimidad. Nadie tiene que saber quién se ha aumentado el pecho”.
Ella está bastante tranquila —“aparte del enfado y el disgusto”—, pero está segura de que si se identifica a alguien más de la lista “puede traerle consecuencias”. Por eso María no entiende “por qué cuando aparecen historiales médicos en la basura se monta un lío y ahora no se hace nada”. La mujer ya se ha puesto en contacto con colectivos y afectados para estudiar acciones legales.
“Lo que lo hace aún más escandaloso si cabe es que no son unos datos que hayan sido encontrados en una papelera, sino que han sido sustraídos con el propósito de causar el mayor escarnio y de focalizar hacia el estigma y exclusión a un colectivo especialmente sensible a todo tipo de discriminaciones”, afirma Delgado.
Se refiere la diputada autonómica a que la lista sale publicada en un texto con el título Estas operaciones las ha pagado Esperanza Aguirre, PP, con tu dinero. En ella se contraponen los supuestos privilegios de los transexuales con los del resto de los pacientes: “Todos ellos/as [los transexuales] ingresados en habitaciones individuales (y si no había en ese momento una libre, en una de dos camas y bloqueando la contigua para ‘preservar su intimidad’). Mientras otros pacientes en habitaciones compartidas de cuatro camas, uno defecando, dos cenando y otro muriéndose sin ‘preservar su intimidad’, o directamente en los pasillos”. “Mientras, no hay dinero para los niños y ancianos que necesitan arreglos dentales o audífonos o gafas. Y las listas de espera para prevenir o sanar las enfermedades de las personas normales alargándose hasta la eternidad por falta de medios materiales y humanos”.
La unidad de identidad de género —que se reparte entre el hospital Ramón y Cajal y el de La Paz, que es el que opera— fue inaugurada en 2007 por la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre. María ha acudido ya varias veces (antes de la mamoplastia que figura en la lista se operó de las cuerdas vocales) y está contenta con la atención. Ahora espera para someterse a la cirugía genital, aunque reconoce que con este incidente va a ir menos tranquila.
Por su parte, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha manifestado que no les es posible “prejuzgar si una conducta concreta vulnera el cumplimiento o no de la ley”. Eso “se realiza mediante resoluciones, resultado de procedimientos que se tramitan como consecuencia en la mayor parte de los casos de las denuncias que recibimos o a iniciativa propia”. “Respecto a la difusión de datos en Internet, en los últimos años la AEPD ha declarado las infracciones correspondientes a los responsables de la difusión sin consentimiento de datos de personas físicas identificadas o identificables, y en los que su difusión no se encontraba amparada en excepciones como, por ejemplo, la libertad de expresión”.
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