"Cristina y Los Stops" cantaban ya en 1967 (yo tenía algo más de tres añitos) aquello de las tres cosas que hay en la vida: salud, dinero y amor, que yo siempre actualizo a saludamor y dinero hay en la vida, pero siempre la salud en el primer puesto.
Un día estás como una rosa de pitiminí y al día siguiente te diagnostican algo chungo y la tortilla se da la vuelta sin salirse de la sartén, ¡cómo no! Si es verdad que todo lo que sucede conviene -frase que dijo, evidentemente, un optimista acérrimo-, una cosa parece llevar a otra y he aquí que llegamos a otro dicho: cuando una puerta se cierra, una ventana se abre, o algo por el estilo.
Bien está lo que bien acaba, dicen también, y este refrán me gusta porque es también un reflejo del puro optimismo a pesar de que las baldosas amarillas aparezcan desteñidas y el camino se haga complicado de seguir. Todo son oportunidades que nos da la vida, trenes que hay que coger, cruce de caminos a escoger uno (¿o dos?), una puerta a la que llaman, un cartero que lo hace dos veces, un telón que se cierra y ¡otro que se abre!...
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Cristina y Los Stops, *Tres cosas hay en la vida.
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