domingo, 13 de octubre de 2024

SOMA+IZEIN

¿Qué es somatizar?
La palabra somatizar viene del griego y se compone de ‘soma’ que significa “cuerpo” y ‘izein’ que significa “convertir en”.
En resumidas palabras, la somatización ocurre cuando el malestar psicológico se expresa a través del cuerpo. Estos síntomas expresados son físicos y recurrentes y, además, no tienen unas causas físicas que los expliquen. Esto es el resultado entre la conexión entre el cuerpo y la mente, las emociones y su gestión.
Antes, no se creía que mente y cuerpo tuvieran tanta relación y se trataban ambas entidades como algo separado. Sin embargo, hoy día, rara es la psicoterapia en la que no se trabaja también con el cuerpo, y raro es el o la médico que no tiene en cuenta que la persona puede estar somatizando cuando, tras las pruebas médicas no se encuentra causa aparente. Actualmente, es difícil negar que mente y cuerpo tienen una conexión bastante fuerte.
Dicho de otra forma, somatizar es un conjunto de síntomas físicos que no se pueden explicar médicamente y que son producidos por un malestar psicológico. La persona solo es consciente de sus síntomas físico y tiene dificultades para admitir que, en realidad, su malestar es psicológico, o no es consciente de ello.


A uno le toca ir al Centro de Salud una primera vez, ya sea por un dolor de estómago, una migraña, una subida de tensión, una crisis de ansiedad, etc.; entra y ya nunca sale. Ya que estamos vamos a pedirte un análisis completo, el peso, me preocupa el azúcar, alguna que otra prueba de más que nunca viene mal, y así sucesivamente. Uno, sin darse mucha cuenta, ha entrado ya en la espiral médico-saludable y no hay salida posible, ni siquiera una de esas puertas secretas en la biblioteca, nada, sin salida, NO EXIT, NO WAY OUT!
La somatización es un hecho palpable y claro, al menos así lo veo yo. La salud acaba siempre resintiéndose por una cosa u otra; terminamos insomnes, hipertensos, histéricos o ansiosos, tristes. Nadar cada día en un estanque de pirañas crea tal estrés que la solución, si bien es terriblemente obvia, no se hace fácil: nadar hasta la orilla y salir del agua. Voilà. 
Nunca es demasiado tarde, ya lo dice nuestro sabio refranero: bien está lo que bien acaba. Incluso aunque hayamos pagado un precio u otro, que desgraciadamente suele ser así. Nuestro cuerpo se cobra el precio que estima por el sufrimiento que le hemos hecho padecer y no hay forma de pagárselo. 
Sólo nos queda tener paciencia, mirar hacia adelantes y sacudirnos tantas y tantas cosas venenosas.
Mozart, *Sinfonía nº25.

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