¿París en agosto? No, tan sencillo como decirlo. La ciudad, preciosa como siempre, atestada como nunca. La plaga del turismo es algo descontrolado, uno debe pensar bien la elección y luego, una vez tomada, planificar bien el viaje. El ChatGPT me decía, una semana antes de coger el avión, que para visitar la Torre Eiffel aconsejaban comprar la entrada 40 días antes; al Louvre ni lo intenté. Visitar Notre Dame o la Sainte Chapelle fue tarea imposible y ni qué decir los paseos por el barrio de Montmartre, el Campo de Marte, los Campos Elíseos, etc. Menos mal que como ya había estado en París anteriormente, la primera hace más de 35 años, sin gente o por lo menos no tanta, esta vez lo hemos hecho sin estrés, con planes para visitar dos exposiciones (bueno, una estaba a tope también), buena arquitectura y pasear sin prisa alguna.
París es siempre París, eso no tiene discusión.
Para muestra un botón: he aquí la azotea de las Galerías Lafayette.
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