EL PAÍS trae un titular hoy, en su versión online, que reza: "Repite conmigo: hay que construir más viviendas", para continuar asegurando que (sic) levantar nuevas casas es imprescindible para contener los precios desbocados. Pese al mito de la burbuja, múltiples estudios demuestran que construir funciona.
Soy arquitecto y urbanista desde hace 35 años, además de compaginar mi trabajo en la calle con el de arquitecto municipal desde 2007. He construido viviendas protegidas (las conocidas por todos como VPO, aunque hoy hay muchas modalidades) y soy absolutamente consciente de la falta de ellas y del problema social que esto conlleva. Por otro lado ejerzo mi profesión fuera de los límites del municipio donde ejerzo mi actividad "funcionarial", actividad que me recalibra cada día y equilibra compensando los dos mundos, la Administración y la calle, llave maestra para poder aguantar la ingente presión.
En estos 35 años el trabajo de arquitecto ha cambiado tanto que cuando miro atrás no puedo creerlo, literalmente. Antes éramos capaces de realizar todo el trabajo en el estudio, desde las primeras reuniones con los clientes hasta la entrega de las famosas 7 cajas/ carpetas en el Colegio de Arquitectos para su preceptivo visado. Hoy se realiza todo online, no hay plotters ni fotocopiadoras ni prácticamente estudios, hoy reina la nube y los buenos y potentes ordenadores con inmensas pantallas para dibujar.
Hoy se visa un proyecto en un par de días, como mucho, donde se comprueba que la documentación presentada es la obligatoria y se da fe de ello con la firma electrónica, un número y una fecha.
Y he aquí donde empieza el periplo. Pero con esto sigo luego.
En reuniones de la FECAM se insta una y otra vez con agilizar el trabajo de las Oficinas Técnicas/ Gerencias de Urbanismo municipales para que se obtengan en el mínimo tiempo posible las Licencias de Obra. Cuando leí la primera vez estas conclusiones a las que han llegado los que rigen el presente y futuro de los municipio canarios pensé ¡ya era hora! ¡las cosas van a cambiar por fin! Pero no, no nos engañemos.
Por otro lado, las leyes han ido evolucionando también, ignoro si podemos decir que al mismo ritmo, pero parece que no nos decidimos a soltar al perro aunque ya sepamos que no muerde. Las Comunicaciones Pias y Declaraciones Responsables nos han acercado tanto a Europa que parece mentira el avance, un enorme salto al futuro (ya al presente). Pero, ¿qué ocurre cuando es el propio funcionario se resiste a aceptarlas como son (he ahí el espíritu de la Ley)? En numerosas ocasiones olvida que se trata de declaraciones responsables y comunicaciones previas, donde son los propios promotores y/o técnicos los que se hacen responsables de la documentación presentada. No debería ser labor del funcionario que las recibe y tramita la constante puesta en duda de los documentos y su enésima revisión que sólo conlleva eternos retrasos y perjudican no sólo al promotor sino a la propia Administración. Cuando a un arquitecto le dicen que la 1ª Ocupación está aceptada y que cierran el expediente, por poner sólo un ejemplo, es como si viera el cielo. Lo digo de forma literal. Poder eliminar el icono de una obra de la pantalla del ordenador es una experiencia casi religiosa.
Volviendo al comienzo del periplo del que hablaba antes, éste atraviesa la SALIDA justo en el momento de dar entrega del Proyecto en la respectiva Gerencia u Oficina Técnica, una vez obtenido el visado colegial y contar con una innumerable cantidad de documentos adjuntos al propio Proyecto, desde informes preceptivos supramunicipales, autorizaciones de compañías suministradoras, actas de todo tipo, números de gobierno, pago de tasas y/o impuestos, etc., por lo que pueden hacerse una idea lo complicadísimo que se ha vuelto tener un Proyecto de Ejecución conformado con el 100% de documentación. Nos reíamos de las pólizas por duplicado, ¡ja! El "vuelva usted mañana " de Larra, escrito en 1833, se quedaría corto hoy.
Pero ya hemos pasado por esta cribe, el Proyecto tiene registro de entrada y sólo resta sentarse pacientemente hasta saber si a) se ha informado favorablemente por el arquitecto/ aparejador y jurista, b) cuenta con requerimientos de falta de documentación, c) la documentación está pero mal, d) ninguna de las opciones, e) todas las opciones anteriores.
El Tribunal Supremo ha dejado expedito que los arquitectos son los únicos profesionales que pueden hacer informes técnicos en el ámbito de la Administración, en procedimiento de la edificación y el urbanismo. Un documento que clarifica de este modo las competencias entre arquitectos y otros profesionales en este sector. Igualmente se destaca que los informes que han de emitir los técnicos municipales en los expedientes de licencias de obras han de versar no solo sobre aspectos urbanísticos y la conformidad de la obra con la normativa urbanística aplicable, sino sobre otros aspectos como la seguridad, salubridad, habitabilidad y estética. También menciona la competencia de los técnicos redactores de proyectos, siendo preciso que el técnico que informe tenga atribuciones para acometer el proyecto que va a informar. Esto que parece tan sencillo de entender: no estudias X, no puedes informar X, que tanto revuelo armó entre los colegios profesionales y los técnicos de las oficinas ídem, se quedó ahí, en una anécdota. Ni los políticos ni los Secretarios Generales han sabido lidiar con esta sentencia y el statu quo sigue siendo el mismo. Los aparejadores siguen informando Obra Mayos, a pesar de no estar entre sus asignaturas ni entre sus atribuciones profesionales en la calle.
La luz roja giratoria está encendida dentro de la cabeza de tantos y tantos funcionarios que parecen no entender las funciones de un funcionario, valga la redundancia per saecula saeculorum, que no es otra que: ayudar al administrado. Ayudar, repito. Buscar soluciones, si las hay, no poner piedras en el camino. El ciudadano y su técnico no son el enemigo. Recordemos el espíritu de la ley: declarar responsablemente, comunicar de manera previa un hecho, todo firmado y avalado por las firmas de un profesional y del promotor que, a su vez, adquieren una serie de responsabilidades. No debe ser labor del funcionario embarcarse en la búsqueda del fallo como si se les fuera la vida sino quitarle la correa al perro, que no muerde. Deberá ser un arquitecto, además, quién informe este tipo de licencias porque es él y sólo él el que puede proyectar, al igual que nosotros no podemos informar proyectos de telecomunicaciones ni agrícolas ni lanzamos cohetes al espacio sideral ni auditamos cuentas bancarias.
Ya me iba por otros derroteros, vuelvo al redil. Pues sí, habiendo pagado lo pagable, presentado todo lo requerido, modificado lo modificable, por fin obtenemos la Licencia de Obra: más pagos, una última pincelada de paciencia, contratista apalabrado y ¡eureka! flamante cartel de obra en mano.
Se construye la obra con más o menos rapidez que depende de muchos factores, pero se construye y se termina. ¡Uf!, nadie lo hubiera dicho, el pasado no importa, ya tenemos aquí la casa o el edificio o la reforma o...
Entramos en este momento en el último de los círculos del Infierno de Dante, la última vuelta de tuerca para conseguir el fin del expediente, la anhelada Primera Ocupación, el summum, la cumbre, el culmen de este viaje que hemos empezado con la solicitud de la licencia. Volvemos ahora a preparar otra serie de documentos, Final de Obra, certificados varios, fotografías del exterior e interior de la edificación, autorizaciones de las compañías suministradores y hasta una bula papal y una foto firmada de Froilán. Todo entregado, crucemos los dedos, velas a la Candelaria La Primera Ocupación, presentada por Declaración Responsable firmada por el Arquitecto y el Promotor donde ambos se hacen responsable de la documentación presentada. Momento éste para, si no se ha hecho antes, quitarle definitivamente la correa al perro. Un técnico que se precie puede comprobar la documentación y saber si la edificación se ajusta a la licencia, grosso modo, y cerrar el expediente. Que una pieza sanitaria está en el lado derecho o en el izquierdo del cuarto de baño no importa lo más mínimo a la implantación de la edificación en el territorio, ni al urbanismo ni al progreso municipal. Para eso está la Declaración Responsable, para que si algo no está bien los nuevos propietarios o el promotor lo demande al arquitecto o al contratista para su arreglo.
La verdadera revolución la tendremos cuando las Oficinas Técnicas y las Gerencias de Urbanismo sean oficinas ágiles y resolutivas y cuando los técnicos, promotores, contratistas y funcionarios asuman el papel que tienen y que se les ha encomendado en esta partida en la que todos deberíamos ganar. Abogo por verdaderos cursos de reciclaje donde tanto los técnicos como los juristas entiendan y acepten el papel que les corresponde y hasta donde llega su responsabilidad en aras de agilizar absolutamente el tiempo para la obtención de una licencia de obra, uno de los motores del desarrollo de cada municipio.
PD. Por último, hablando desde dentro, la Sociedad tienen otra asignatura pendiente, sin resolver, la del funcionario que no da golpe (léase vago, miedoso, inepto, inútil, no resolutivo) y que pon ende da mala fama al resto que sí lo dan y mucho, se los aseguro.

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