Ya sabemos qué ocurre cuando un o una prócer pasa a mejor vida, el último ejemplo lo tuvimos con Isabel II, hasta en la sopa (dios me perdone). Con el Papa Francisco me ha pasado algo completamente diferente a mis sentimientos acerca de los dos anteriores, éste me caía especialmente bien. Juan Pablo II no me gustaba, nunca me pareció bien su poca empatía respecto a la terrible epidemia de SIDA en África, su obsesión por la no utilización del preservativo, etc.; nunca entendí cómo acabaron canonizándolo, pero ¡con la Iglesia hemos topado!
Después tuvimos a Ratzinger, demasiado conservador, demasiado teólogo, demasiado clasista para mi gusto. ahora, eso sí, nos regaló los mejores memes del mundo, empezando por el Emperador de la galaxia.
Tras estos dos señores apareció Francisco, un Papa argentino, cercano, comprometido con el pueblo, callejero, opuesto a la dictadura, mal visto por la curia, criticado hasta por Ayuso, ¡faltaría más! Este papa, a pesar de tropezar con una pared casi infranqueable, subo zigzaguear de tal manera que, nadando entre pirañas y tiburones, lavó la cara de la iglesia en gran medida. No hablemos de su implicación en los casos de la pederastia dentro de la propia Iglesia, algo "olvidado" por todos los anteriores, en especial por los otros dos mencionados y que, según dicen los entendidos, hizo renunciar a Ratzinger.
Obviamente había muchos temas en los que no estaba de acuerdo con él, pero admiraba esa capacidad diplomática de -sabiendo que andaba por terrenos pantanosos- tratar prácticamente cualquier tema. Muchas comunidades antes denostadas se sintieron queridas de alguna manera por él y por ende por la Iglesia.
El papa Francisco, como muchos comentaristas han dicho y dirán, ha sido un Papa necesario en los tiempos que vivimos. Un Papa incómodo es siempre un buen Papa, ¿o no?
Estaba viendo un vídeo titulado: Los famosos que visitaron al Papa, y en él parece, en general, que ambos disfrutaban con su compañía. El saludo de Maradona es antológico.
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