No ha sido fácil, pero por fin empiezan a aparecer entrevistas a personajes públicos relevantes donde abogan por envejecer dignamente sin tanta operación de estética que nos convierte a todos en Australia Navarro. A Isabella Rossellini, by the way, -posiblemente ya lo haya contado en alguna otra ocasión-, "la conocí" en un vagón del metro en NY, ella estaba sentada junto a mi. Hoy, tanto ella como yo hemos envejecido algunos años, los mismos.
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