Quien me conoce sabe que no me gusta la televisión. No por nada, simplemente no me gusta, como tampoco me gusta el fútbol, el automovilismo o los toros. La tele en mi casa está siempre apagada salvo para ver películas en DVD, bajadas de Internet, series, alguna ópera y poco más. Claro que, por esta razón, muchas veces me pierdo cosas interesantes, éste es el precio que pago. Anoche, por ejemplo, sabía del programa "Salvados" y que entrevistaban en él a Julio Anguita, así que estuve pendiente y lo vi. No sé si hubiese sido mejor permanecer en la ignorancia porque, a pesar de que es un programa ameno, entretenido y con buenos contenidos -a juzgar por el de anoche-, la conclusión que saqué al verlo es que, desgraciadamente, estamos jodidos, hablando claro. Las dos entrevistas estrellas, hablando de la democracia en España como leymotiv, fueron a Álvarez Casco, sentado en su despacho de Gijón, y a Julio Anguita dando un paseo por Córdoba. Previamente el entrevistador había estado en Suiza entrevistando a un político que se presentaba a las próximas elecciones cantonales. Lo que éste dijo acerca del sistema electoral suizo, su democracia, sus referéndums, etc., fue increíble. Si tienen un ratito no duden en ver el programa porque lo que en él se dice es realmente interesante...
Después de ver la entrevista en Suiza, o las de Cascos y Anguita, podrán sacar sus propias conclusiones. Y llorar.
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