A Pablo Casado se lo cargó Ayuso por meterse con su hermano, luego llegarían los supuestos trapicheos del novio de ésta, los de la mujer y el hermano de Pedro Sánchez, el chalé en la costa de la mujer de Feijóo, las saunas del suegro del Presidente o la farmacia del ídem del jefe del PP, ministros y exministros de estos o de aquellos, y así suma y sigue. En esta vida siempre, siempre, aparece alguien que es peor que tú, nunca falla. ¿Es buena la estrategia de echar mierda a un ventilador encendido? Ni apagado siquiera, una la esparce y la otra lo caga.
Me llegaba ayer esta chorrada que no deja de ser verdad. Ahora todo queda en algún sitio, o está en las hemerotecas o en la nube, o en los móviles, los discos duros, en los whatsapps, a saber. Escupir al cielo es tan mala idea como lo del ventilador. A nosotros, españolitos normales y corrientes, nos afecta más bien nada todo esto de la memoria de Internet porque no pintamos nada, que diría Mecano, pero para los políticos la cosa cambia; instalados en el "y tú más" no hacen otra cosa que buscar y rascar a ver qué encuentran, a ver qué dijo éste o el otro, cuándo y cómo. Para ellos nosotros no importamos tampoco, claro está, los que importan son ellos, para bien y para mal (sobre todo). Las llamadas cloacas del Estado siguen tan vigentes como las consecuencias de la Guerra de las Galias y ya sabemos qué final tuvo Julio César, y eso que hablamos de hace más o menos 2.100 años atrás. Poco ha cambiado la cosa. Bueno, sí, ahora tenemos influencers y youtubers; fiestas con enanos ya las había.
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Mecano, *No pintamos nada.
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