El cine de ciencia ficción nos tiene acostumbrados a ver esas naves gigantescas estrelladas o abandonadas, como en tantas de Star Wars o cualquier otra película similar. Como ya se sabe que la realidad acaba superando a la ficción y, como muestra, veamos el flamante y esperpéntico Palacio de Congresos de Oviedo. Calatravada donde las haya, posiblemente uno de los edificios más feos que haya visto jamás, fuera de escala, desproporcionadamente grande, absurdo del todo. Tiene la particularidad, ya como guinda, de verse desde lejos, listo como diana de cualquier app de móvil que manda misiles.
Feo, atroz, monstruoso grosero, deforme... ¿alguien da más?
Para terminar de poner en ambiente la susodicha mole, quiso el destino que la mañana que decidí darme el paseo, una vez terminadas las guerras clones, la nave varada se encontraba bajo la niebla, convirtiéndola en la auténtica amenaza fantasma. Por cierto, en sus fauces dormía un pobre homeless que, espero, haya montado su chiringuito de día, porque al despertarse, si no, se iba a dar un buen susto, el pobre.
A Calatrava, visto lo visto, lo debería nombrar persona non grata en Oviedo. bueno, en Oviedo y en otras muchas ciudades más. Una ciudad como ésta no se merece un edificio así ni, posiblemente, tampoco los políticos que lo permitieron. Ya se sabe, todos querían un Calatrava.
Y aquí podemos ver a Oviedo en todo su esplendor, con el horror en el centro. Las vistas son desde el mirador bajo la iglesia de santa maría del Naranco, tomadas durante mi excursión del penúltimo día.
PD. Como evidentemente no volví otro día con mejor tiempo, nada lo demandaba, no tengo fotos de mi cosecha del artefacto, pero Google sí, de manera que añado aquí una para que puedan admirar lo que hay. De nada.
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