Me viene a la cabeza hoy mi viaje a Lisboa hace unos años. De la ciudad poco puedo decir, fueron unos días fantásticos, así que hablaré de arquitectura, una de las razones por las que volé allí directo desde Tenerife: Álvaro Siza.
Mi admiración por el arquitecto portugués es sabida, sus obras son siempre una lección absoluta del buen hacer y de la buena construcción. En particular, el Pabellón de Portugal que Siza construyó para la exposición Universal de 1998, dos enormes ladrillos sujetando una hoja de papel pero de una espectacularidad constructiva única.
Situado en el Parque de Las Naciones, la visita al conjunto vale la pena, con calma, disfrutando del espacio al aire libre y de los edificios que allí se construyeron hasta llegar al Pabellón, joya entre las joyas. Sólo para ver este maravilla de la arquitectura y de la construcción vale la pena viajar a Lisboa.
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