¿Qué es una amnistía? Según la RAE, siempre sabia, se define como (sic) "Perdón de cierto tipo de delitos, que extingue la responsabilidad de sus autores". Pero también nos recuerda que proviene del griego ἀμνηστία amnēstía; propiamente 'olvido'. Olvido, nada más claro.
Hablemos del olvido pues. Cada vez que se amnistía a alguien olvidamos su crimen (delito) y, por ende, su castigo, tan simple como esto. Si Dostoyevski levantara la cabeza...
Antes de revelar mi rollo, como en el chiste, estudiemos un poco la Historia.
Conocer la historia del indulto y la amnistía en España en los últimos dos siglos, y cómo se conformaron estas medidas de gracia en las constituciones y códigos penales de este país, así como en la legislación específica, nos ofrece algunas claves para entender la utilización política de estas instituciones también en nuestros días.La diferencia entre indulto y amnistía viene derivada de la memoria judicial, aunque en ocasiones los términos se utilizan de modo algo confuso. En el indulto la memoria se mantiene, hay delito juzgado y condenado y sus consecuencias punitivas son conmutadas total o parcialmente por mor de su concesión. En cambio, la concesión de la amnistía trata de borrar toda memoria de la posible conducta delictiva antes de ser siquiera sometida a castigo o imputación.Una y otra figura hunden sus raíces en el concepto filosófico y moral de gracia y perdón. La lex dura sed lex necesita en ocasiones de una modulación para ser más ajustada a principios de justicia material, y no tanto de justicia formal o legal. Es decir, la justicia entendida como valor supremo, frente a la justicia pegada a la letra de la ley. Por ello, durante siglos se consideró una facultad esencial del poder, porque el poder estaba más allá de la ley.En todo caso, el carácter discrecional de su concesión, a voluntad del soberano, permitió la comisión de innumerables abusos por muy variadas y variopintas circunstancias.La perspectiva histórica nos permite ver cómo se ha utilizado la figura de las medidas de gracia, en ocasiones atendiendo los principios de justicia material, pero en muchas otras a intereses espurios.Todavía hoy, la regulación fundamental de estas instituciones se encuentra en la Ley provisional de indulto de 1870, que aún no ha sido sustituida por otra norma de carácter general que actualice su contenido. Esta norma “provisional” fue derogada y repuesta en diferentes momentos, estando actualmente vigente.
Hablemos pues de olvidar. ¿Qué se ha hecho año tras años con la pederastia en España? (también en el mundo, pero ciñámonos a nuestra España, ¡España!) Pues una amnistía de facto, pura y dura. Se ha mirado para otro lado, se han olvidado los delitos sin vergüenza alguna. Y no sólo por la SM Iglesia, que de santa y de madre tiene más bien poco, o nada, sino por todos los gobiernos que como enfermedad recurrente han ido entrando en el Congreso. Más o menos píos, a la Iglesia ni menearla, no sea que...
Y así hoy, en septiembre de 2023, parecen editoriales como éste del encabezado que habla de buscar cómplices. Pero, ¿le van a echar toda la culpa a la Iglesia (nótese que ya le quité lo de SM)? Ésta la tiene, por supuesto, pero compartida por los que usan el "me vengo a enterar ahora" para rasgarse las vestiduras?
Lo de la posible amnistía a esos delincuentes del procés, capitaneados por el inefable Puigdemont, fascistoide cobarde huido de la justicia y autoerigido jefe de los catalanes de bien, es serio, sí, ya se encargan las viejas glorias como Felipe y Alfonso de recordárnoslo a los españolitos, todos analfabetos y de mente estrecha, para que no nos olvidemos de la senda marcada y remarcada. Seria la amnstía a esta gente, pero ¿no es seria también la actitud de estos curas y monjas (sí, las hubo también) que han perpetrados sus babeantes fechorías sin castigo alguno?
Visto el andar de la perrita y ojalá me equivoque, olvidaremos a los catalanes plastas y su ¡España nos roba!, a Puigdemont y su pelo imposible, a Rouco Varela y sus secuaces y estaremos pendientes en un tris del próximo derbi futbolero. Si no, al tiempo.
Volviendo a la próxima constitución del Parlamento, dicen que Pedro Sánchez está muy tranquilo por dos razones, la primera porque ya se ha visto la altura política de Feijóo, pobre pobre, y también porque ya debe tener resuelto el tema de los pactos para gobernar. Sea esto o no, ¿de verdad se deberá pagar un precio tan alto para que los de Puigdemont -que no los catalanes, pues a este sujeto no lo votaron ni 400.000 personas en todo el territorio-? ¿No estaremos en el momento histórico que se recordará porque se dijo ¡NO! a Puigdemont y poco más? Nuevas elecciones y listo, que hable el pueblo.
¡Qué hable el pueblo! jajajajaj.
Otro día escribo sobre la renovación del Poder Judicial, pero he de estudiar el tema, la verdad es que entiendo poco, o nada, eso de la elección de los jueves por los políticos. A estos, a los políticos, sí les daba yo una bofetada, pero con manos.
PD. Todavía sigo riéndome, jajajajajaj.
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Celtas Cortos, *La senda del tiempo.
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