miércoles, 6 de junio de 2012

CONSEGUIR EL EQUILIBRIO

El crecimiento verde, clave para el desarrollo de América Latina

Los recursos naturales de la región corren peligro de agotarse sin una política sostenible, advierte el Banco Mundial.
María José González Rivas Madrid 5 JUN 2012 - 22:25 CET
 
El avance económico que han registrado los países latinoamericanos en la última década ha tenido un gran impacto en sus recursos naturales, hasta el punto que algunos expertos ven con preocupación su agotamiento acelerado e imparable. Es aquí donde entra en juego el crecimiento verde inclusivo, que fomenta el desarrollo económico al tiempo que asegura los bienes naturales, y que es uno de los pilares de la cumbre Río+20 que se celebrará en Río de Janeiro entre el 20 y 22 de este mes.
Un informe del Banco Mundial (BM), previo a la conferencia de Naciones Unidas, advierte de que Latinoamérica, si bien puede ostentar éxitos en innovación, tiene ante sí numerosos desafíos por lo que necesita políticas ecológicamente eficientes y que a la vez proporcionen servicios asequibles a todos los segmentos de la sociedad.
Uno de ellos es la concentración en las ciudades. Según el BM, América Latina tiene la mayor proporción de su población viviendo en áreas urbanas—un 80%—, así como una de las tasas de motorización más altas del mundo —un aumento de 4,5% anual—, dos amenazas potenciales a los recursos naturales, que si bien aún son muy vastos, se han venido mermando a pasos agigantados en las últimas dos décadas.
“Las decisiones que se tomen hoy de cómo crecen las ciudades van a definir sus patrones de crecimiento por generaciones. Si un país construye una carretera por error se puede mover en 15 o 20 años, pero la forma de las ciudades no hay cómo cambiarlas”, explica a EL PAÍS, Ede Ijjáz-Vásquez, uno de los autores del informe llamado Crecimiento verde inclusivo en América Latina y el Caribe.
El informe compara ciudades como Atlanta, en EE UU, con Barcelona en España. Son muy parecidas, pero la primera tiene una extensión casi siete veces más grande. “Cuando las ciudades crecen demasiado esparcidas, que no son compactas, no hay cómo arreglarlas. Esto hace que sean ineficientes y difíciles de manejar en materia de transporte público, la carga de contaminación es más alta. Cuando las ciudades crecen tan rápidamente y no se tienen esos controles no se logra un crecimiento armónico y las consecuencias son muy a largo plazo”, indica Vásquez. El experto agrega que para las ciudades, la recomendación es tener políticas verdes que les permitan ser más limpias, con usos más eficientes de los recursos hídricos, de energía y transporte, y prepararlas para los desastres de hoy y los que puedan surgir en el futuro, producto del cambio climático.
Pero la región no arranca de cero en materia de crecimiento ecológico. Según el informe, América Latina ha servido como laboratorio para algunas de las prácticas más innovadoras, y cita, por ejemplo experiencias exitosas en sistemas integrados de transporte masivo, así como en materia energética, gracias al aumento del uso de gas natural —que pasó del 10% en 1990 al 21% en 2009— lo que ha permitido una reducción importante en las emisiones de carbono.
El BM señala que entre los retos en la región en materia rural está el conseguir un equilibrio entre la expansión agrícola y la deforestación. En este sentido, el informe resalta que si bien la expansión agrícola y las actividades extractivas han propiciado un retroceso alarmante de los bosques, muchos países han establecido áreas de protección, que cubren actualmente un 10,5% del territorio regional, casi el doble de lo que existía hace 20 años. “La importancia de la cumbre de Río+20 es que va a haber muchas experiencias a compartir para mantener el equilibrio entre el medio ambiente y la sostenibilidad social en todos los estratos. Se analizarán las áreas donde hay más oportunidades de éxito y se establecerán las plataformas para actuar hacia adelante”, concluye Vásquez.

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