Quien no haya tenido perros no sabrá la cantidad de pelos que puedes tener en tu casa: en el suelo, por supuesto, pero también en la almohada, en las toallas, en la ropa, ¡en la despensa! Esta mañana puse a lavar el forro de la cama de mis perritas y, al limpiar la secadora, esto es lo que me encontré.
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