Empieza esta semana postcarnavalera, la misma que nos llevará al paso del Ecuador de marzo, con la Semana Santa en ciernes y con el olor a pis de la ciudad que poco a poco se va diluyendo. 10° en La Esperanza, con una sensación térmica menor, me tomo el primer café de la mañana, el mismo que precederá a un segundo a las 7:00h, cuando ya habré aprovechado las dos primeras horas de la jornada adelantando trabajo. Si todo va bien, hoy y mañana los tengo libre de reuniones y visitas de obra y citas. No me lo creo.
Atrás quedaron las minivacaciones noruegas que supieron a gloria bendita, así que ahora toca volver a poner los pies en la tierra, disfrutar la mejoría de mi madre (ya lo he dicho, a nuestros padres los sentimos como Superman/ Superwoman, y aunque así debe ser, se hace duro verlos hacerse mayor irremisiblemente), la buena lectura y el ritmo pausado. Justo antes de las vacaciones me quedé dormido una décima de segundo, mientras conducía por la tarde hacia una reunión, y al abrir los ojos me encontré en el carril contrario, menos mal que no venía ningún coche. Del susto llegué a la reunión como una rosa, pero podría haber sido una rosa negra. Hay que bajar el ritmo, me dicen y me digo, de manera que se acabaron esas interminables listas de compromisos auto impuestos que iban a terminar conmigo. Mi madre sí, pero yo de Superman no tengo nada. Lo de probar si vuelo lo dejo para otro momento, no vaya a ser que al salir por la ventana tenga más criptonita dentro que polvos de Campanilla.
Feliz semana y buen viaje a los viajeros, a los que nos dejan un tiempo, a los que regresan con la belleza en las retinas y el amor en los corazones.
♫
Family of the year, *Make you mine.
2 comentarios:
Ánimo Jose, precioso artículo
Gracias Pilica, en eso estamos 😁.
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