Aprieta el
botón, mi reina
Manuel
Aguilera. 22/04/15
Si a la reina
de España se le diera la oportunidad de apretar un botón y regresar al
momento en que era Letizia Ortiz, la periodista del Telediario, ¿tomaría la
decisión de regresar al pasado? Estoy seguro que en ésta, la semana de la media
melena, lo habría hecho sin pensarlo.
Nada se sabe
realmente –valga la redundancia- de cuál es la influencia real –valga de nuevo-
de Letizia sobre su esposo, sus decisiones y su forma de abordar su papel como
jefe del estado. Sabemos que por ley es cero pero a los periodistas –cortesanos
o no- nos gusta fantasear e indagar en palabras y silencios para analizar el
efecto Letizia.
Lo que sí
parece constatado es que la reina es más delgada que cuando era soltera, esposa
por lo civil, divorciada o “arrejuntada”. Pasó por todos estos
estados y en aquellos tiempos se presume que se alimentaba mejor. La primera
vez que la vi, fue en la redacción de El Mundo, en la calle Pradillo. Aquella
aciaga tarde de abril de 2003, la antigua sede del periódico estaba llena de
periodistas y unidades móviles porque acababa de fallecer en Irak, el reportero
Julio Anguita Parrado, que se encontraba trabajando empotrado con el ejército
de Estado Unidos.
Aquel día, la
Letizia civil sufrió un desvanecimiento, quizás fruto del estrés o vete tú a
saber. Aquella periodista, atea y de izquierdas, quizás soñó que
algún día cambiaría la forma de gobierno de su país accediendo a casarse como
manda la tradición con el que sería y ya es Felipe VI. Pero si es así, se
equivocó. El balance actual se resume a su media melena, su extrema
delgadez, sus cirugías y sus discursos artificiales escritos en algún rancio
despacho del Palacio de la Zarzuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario