La inefable Esperanza Aguirre aboga por hacer desaparecer (no ha dicho cómo) a los mendigos que duermen al raso en Madrid porque "afean" la ciudad ante los turistas. Imagino que esta ocurrencia tan solidaria y cristiana la habrá tenido mientras meditaba de rodillas después de comulgar o entre golpe de pecho entonando el "por mi culpa...". Hoy comentábamos esto durante el desayuno y una compañera se asombraba de la ocurrencia de esta señora y se preguntaba ¿pero habrá alguien que esté de acuerdo con esta barbaridad? Primero los desahucian y ahora ya ni los dejan dormir en la calle. Pues bien, en EL MUNDO, creo recordar, publicaban una encuesta sobre el tema y, al mediodía, estaba así:
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