miércoles, 2 de mayo de 2012

TRES FUSILES FABBRI

Desgraciadamente, la polémica suscitada por la muy desafortunada actuación de Juan Carlos I cazando elefantes se va olvidando. Desde EcoOcéanos queremos dejar patente nuestra posición sobre este tema con el siguiente artículo de opinión.
Martes 1 de mayo de 2012

La escopeta del Rey
Parecería normal que una persona que mata a su hermano de un disparo accidental, odiaría las armas de fuego con toda su alma. No es el caso del actual Rey español.
El supuesto accidente en el que Juan Carlos I mató a su hermano menor, Alfonso, cuando el primero contaba con 18 años y el segundo con 14, es una clara ocultación de la historia de la Casa Real española. Pero esta historia ocultada parece ser totalmente cierta.
Pero, lejos de rechazar las armas, parece ser que “nuestro rey” tiene una de las mejores colecciones del mundo de armas para cazar, con nada menos que tres fusiles Fabbri, lo máximo en este tipo de armas, cuyo precio supera los 100.000 euros por ejemplar. Aquí podemos ver al Rey como el más destacado cliente en la web de esta empresa armamentística italiana.
La famosa foto del Rey, escopeta en mano, delante de un ejemplar de elefante abatido a tiros y apoyado en un árbol, es de lo más detestable, al igual que otras fotos similares. Cada vez van apareciendo más supuestas fotos de su "afición" y cada vez de mayor gravedad, como en la que posa al lado de una cría de elefante. Parecen una estampa de épocas remotas donde el rey absoluto podía hacer lo que fuera al margen de la situación en que se encontrara su pueblo. Son imágenes ostentosas y ofensivas.


Del artículo REY DE ESPAÑA, SU GUSTO POR LA CAZA Y LA SANGRE
(En esta foto aparece con el cadáver de una cría de elefante en una cacería en Mozambique.
En la foto anterior con cabezas de búfalos y colmillos de elefante).

No vale el hecho de que en el país donde se llevó a cabo semejante acción no esté prohibido matar ciertas especies de animales que están en peligro de extinción en otros lugares del planeta, el Rey y los españoles vivimos en un continente en que esta práctica de exterminio está mal considerada por una gran mayoría de la sociedad, y resulta imperdonable para quienes luchamos porque los humanos entiendan que su supervivencia como especie está ligada a la supervivencia del resto de los seres vivos.
Aprovechar la situación de necesidad de otros pueblos que lo asumen como medio de vida, y ampararse en ello para intentar justificar acciones de este tipo, es inadmisible para un pueblo que considera superada ciertas creencias en la prepotencia real.
Con la tremenda polémica que se ha producido por su faceta como cazador y amante de las armas, lo normal hubiese sido alguna actuación más contundente por parte de la Casa Real. Hay muchos ejemplos anteriores de su mal hacer, como máximo representante de la sociedad española. Resulta inconcebible, por ejemplo, que salga en defensa entusiasta de la tauromaquia, mientras no fue capaz de decir absolutamente nada cuando el Gobierno de Aznar metió a España en la guerra de Irak, cuestión rechazada por más del 90% de la población. Es más, según Iñaki Anasagasti, senador del PNV, apoyó una guerra que él tenía potestad legal para parar, cuestión que debía haber hecho, si hubiese tenido un mínimo respeto por el pueblo español que él representa.
Para EcoOcéanos, no es suficiente con un “Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir”. Como organización que trabaja altruistamente en la defensa de los demás seres vivos y de nuestra propia especie, reprobamos y condenamos esta manera de actuar, este entusiasmo por la violencia gratuita y la sangre de otros seres vivos, rechazo que tenemos tanto sea un rey como cualquier otro ciudadano.

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