Mal día para pasear, el viernes pasado. Aparqué temprano lejos del centro y me dispuse a caminar para arreglar todo el papeleo que había dejado para el único día del que puedo disponer las mañanas. Así, encontré la copistería a la que debo mandar el chalé que proyecto en Fasnia y que estoy a punto de terminar, me tomé un café con mi amiga Mayi, pasé por el Colegio de Arquitectos, aprendí -espero- como visar telemáticamente y, al final, terminé caminando desde el Colegio hasta el coche, literalmente en el 5º pino y en subida, llegando con la lengua fuera pues ese mismo día comenzó la ola de calor en la que seguimos sumido. Aún así, calor y todo, el día estaba bonito y pude tomar algunas fotografías mientras subía por la Rambla que divide la ciudad en dos.
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