jueves, 11 de abril de 2024

COMO LAS MEIGAS


Ya se venía venir ayer, tres grados más a las 5 de la mañana. Hoy, a la misma hora, 21°, no nos queda nada. "Un episodio excepcional de calima", replican las noticias. ¿Cuánto va a durar este calor? La pregunta del millón.
Ya tengo la vajilla, cambia definitivamente de emplazamiento el viernes. Gracias. Nos resta estibar el coche, cosa que haremos también mañana, antes de embarcar.
Hablábamos ayer de la ansiedad y, entre una cosa y otra, terminamos la conversación con la depresión. Palabras que se repiten, no siendo siempre las idóneas. ahora, como las meigas, haberlas haylas.
"Tú lo que tienes que hacer es tomarte la vida de otra manera", me dice el compañero de trabajo, el amigo, el de la tienda, el mancebo de la farmacia, el del bar y hasta ¡el psiquiatra! La ansiedad es falta de control, es falta de madurez, es no saber lidiar con los problemas, bla bla bla.
Hay que joderse, ¿cómo no se me había ocurrido antes? Me debí haber perdido la clase en el máster de psicología al que tampoco me he apuntado nunca.
Pero, tic tac, el tiempo pasa y algunas veces, el amigo, el de la tienda, el mancebo de la farmacia, el del bar y el psiquiatra la sufren en sus carnes, cosas más raras se han visto. Y he aquí que donde dije digo digo Diego. Lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir.
Volviendo al tiempo, parece que esta ola de calor y calima y viento y aterrizaje alienígena (que igual sería la solución) va a durar poco, mejor así. Espero, por justicia divina, que si me gocé aquellas 4 horas dentro del barco volviendo de GC bajo no-sé-qué perturbación atmosférica con nombre de mujer, el viernes el mar esté como un plato.
Me apetece, después de ésta que escucho ahora y que comparto, pasarme a la copla de Concha Piquer esta mañana de jueves con sabor a viernes. 
Stereophonics, *Maybe tomorrow.

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