Capuletos y Montescos (título original en italiano, I Capuleti e i Montecchi) es una tragedia lírica en dos actos con música de Vincenzo Bellini y libreto en italiano de Felice Romani, estrenada en el Teatro La Fenice de Venecia, el 11 de marzo de 1830. Muchas personas piensan que la ópera está basada en la tragedia de Romeo y Julieta de Shakespeare, pero las diferencias son muy notables, y los historiadores afirman que sólo algunas de sus tragedias habían llegado a Italia para la época y que ni Bellini ni Romani conocían la obra. Se basaba en las fuentes italiana originales, que datan del siglo XVI, incluyendo una historia corta de Matteo Bandello, de la colección Le novelle de 1554, probablemente a través de Belleforest y Pierre Boaistuau. Romani reescribió para Bellini el libreto de Giulietta e Romeo que había escrito originalmente para Vaccai, que bebía de la obra Giulietta e Romeo de 1818 por Luigi Scevola, y que también había musicado E. Torriani. La escena de la tumba de la ópera de Vaccai a veces se ha representado con la ópera de Bellini. El tema era muy popular en Italia: hubo libretos más antiguos de Luzzi para Marescalchi (1785, Venecia), Foppa para Zingarelli (1796, Milán) y Buonaiuti para P. C. Guglielmi (1810, Londres). El primer libreto en italiano expresamente basado en la obra de Shakespeare fue el de M. M. Marcello, para Romeo e Giulietta de Marchetti (1865, Trieste).
Estando en Venecia para preparar el estreno local de Il pirata con Giuditta Grisi como Imogene, convencieron a Bellini para que escribiera la ópera para la temporada de carnaval de 1830 después de que el Teatro La Fenice (Venecia) hubiese sido rechazado por Giovanni Pacini. Bellini sólo dispuso de mes y medio disponible (empezó el 20 de enero). Escribió el papel de Romeo para la Grisi (cuya presencia, junto con una compañía relativamente débil en hombres, pudo haber convencido para la elección del tema); raramente baja de do. Giulietta fue cantada por Maria Caradori-Allan, Tebaldo por Lorenzo Bonfigli y Lorenzo por Ranieri Pocchini Cavalieri. Bellini había pretendido que el papel de Lorenzo fuera para un bajo, pero en el acto primero de la partitura autógrafa traspuso el papel para tenor, y en el acto segundo el papel está escrito entero en clave de tenor. Aunque estos cambios posiblemente se hicieron para Senigallia (verano de 1830), Cavalieri, el cantante del estreno, parce haber sido un tenor. Las partituras publicadas y la mayor parte de las representaciones asignan hoy el papel a un bajo.
Bellini consiguió escribir la ópera en tan poco tiempo apropiándose en gran medida de música previamente escrita para su fracasada ópera Zaira: él explicó que "Zaira, silbada en Parma, fue vengada por I Capuleti". "Oh quante volte" de Julieta en el acto I usa la romanza de Nelly "Dopo l’oscuro nembo" de Adelson e Salvini (1825, Nápoles).
De esta ópera se ha dicho que conserva algunos elementos del bel canto inicial, previo al romanticismo, sobre todo la división clara de arias y recitativos, y el empleo de una voz de mezzosoprano en el papel de un hombre, el de Romeo.
En Capuletos y Montescos (particularmente la escena final), Bellini siguió estableciendo la morbidezza melódica evidente en su más temprana Bianca e Fernando, y algo de la falta de convencionalismo formal que se encuentra en sus obras de madurez. La concentración de la acción en los dos personajes principales es notablemente exitosa. La ópera es principalmente una obra de reciclaje, en la que material previamente escrito es hábilmente adaptado a su nuevo contexto. Es cierto que la premura con la que se juntó se refleja en cierto esquematismo y falta de variedad rítmica en los números cerrados. Por otro lado, el tema de los amantes contrariados permitió a Bellini mostrar su fuerza como proveedor de melodía elegíaca y tierna. Aquí, como en Zaira, infunde la escritura vocal simple y silábica de La straniera con la bravura melismática, preparando el camino para aquella perfecta síntesis de expresión y cirtuosismo que logró en La sonámbula. Como la última ópera importante con un papel en calzones, Capuletos y Montescos sobrevivió a lo largo del siglo como caballo de batalla favorito para sopranos estelares como Wilhelmine Schröder-Devrient y Johanna Wagner, a pesar de la hostilidad de progresistas como Liszt, que lo desdeñó como intolerablemente anticuado y la ambigüedad de Wagner, quien amaba sus melodías al tiempo de deploraba su concepción dramática. Berlioz también despreció, en general, la obra aunque admitió que admiraba la unísona stretta ("Se ogni speme è a noi rapita") que cantan los amantes en el final del acto I.
Los pescadores de perlas de Georges Bizet:
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Roberto Alagna y Nathalie Manfrino cantan el dúo *Ton coeur n'a pas compris le mien... C'est le dieu de la jeunesse' de 'Pescadores de perlas' de Bizet.
Centro de Bellas Artes de San Juan de Puerto Rico
(7-feberero-2004)
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'I Capuleti e i Montecchi' (Bellini-1830), Paris
Opéra Bastille June 2008.
*Eccomi in lieta vesta...
*Eccomi in lieta vesta...
Anna Netrebko soprano, Evelino Pidò conductor
Orchestre de l'Opéra national de Paris.
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