lunes, 6 de septiembre de 2021

LLAVES Y LIBROS


Preocupado me hallo hoy lunes por la pérdida de unas llaves, supuesta pérdida, que debía encontrar en mi despacho y que nada, missing. Sé que la experiencia me dice que, en un lugar cerrado, las llaves aparecerán pero, ¿y si se las di a alguien como mi maltrecha memoria no recuerda? En este momento únicamente me resta entonar el mea culpa y ofrecerme a echar una mano con lo que se pueda hacer.
No soy supersticioso, al menos conscientemente, pero el día no empieza bien: un disco duro que no llega a cargar, una llaves desaparecidas... Tiempo hay de que mejore, estoy seguro.
Por otro lado, comencé a ver anoche un documental en NETFLIX sobre Agatha Christie, que promete ser muy interesante. Mi relación con esta venerable señora viene de muy antiguo, digamos que fue la segunda escritora que logró que me enamorara de la lectura. Antes haba sido Enyd Blyton así como tía Carmela, que era quien me proveía de ellos; tres mujeres con las que aprendía a amar los libros.
De Los Cinco me leí todo lo que se publicó. Recuerdo cada día de Reyes en casa de mi tía, donde estaba mi paquete de libros, flamantes, con esos dibujos entre las páginas que esperaba con gran expectación mientras leía. Los libros fueron engrosando mi infantil biblioteca hasta que terminé de leerlos y dimos otra vuelta de tuerca al misterio, los libros de Agatha Christie que igualmente me seguía regalando mi tía Carmela. Libros de bolsollo con fantásticas portadas que sólo con ellas la imaginación volaba: veneno derramado, alfombres rojas, puñales ensangrentados, copas derramadas. Devoraba los libros como caramelos y creo que de aquella colección ajada debo tener alguno en la biblioteca, si es que se salvó de la inundación de Villa Titanic en el 2002.

BSO Asesinato en el Orient Express, *Justice.

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