Anoche decidí acostarme temprano, estaba cansado. Cené algo frugal y a las 8:30 ya me encontraba en la cama, leyendo. Hoy lunes tengo una mañana compleja, una visita de obra, una reunión en Santa Cruz y quién sabe lo que surgirá; y mi cabeza lo sabía, así que di vueltas en la cama hasta que a las 11:30 tiré la toalla y bajé a la cocina a tomarme una pastilla para dormir. No sé cuánto tardó en hacer efecto, pero el hecho es que a las 5 ya estaba el despertador recordándome ¡ya es lunes!
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