Porgy and Bess, Gershwin. *Summertime.
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Gershwin en SowetoLa Compañía de Ciudad del Cabo llega al Teatro Real con una versión contemporánea de 'Porgy and Bess'.
http://www.elmundo.es/cultura/2015/06/03/556dea28ca4741a90d8b456e.html
Al maestro Tim Murray le gusta evocar la escena de George Gershwin jugando al tenis con Arnold Schönberg en una pista de Los Ángeles. No porque refleje una pugna maniquea del melodismo frente al dodecafonismo, sino porque el partido en cuestión, del que ignoramos el resultado, se disputaba en el terreno común de la vanguardia. La alegoría reivindica la importancia de 'Porgy and Bess' y también subraya ahora su vigencia. Por razones musicales en primer lugar merced al gran fresco de entreguerras que concibió el compositor americano (1935 ). Y por motivos de permanente actualidad "informativa" también. Una ópera sobre la discriminación, la desigualdad y el gueto que recala la semana que viene en el Teatro Real (10 de junio en adelante) por iniciativa de la Compañía de Ópera de Ciudad del Cabo.
Tiene sentido el enfoque sudafricano porque Christine Crouse, directora de escena, extrapola la producción al apartheid de Soweto a finales de los años 70. No por arbitrariedad patriótica, sino porque el drama social que Gershwin reflejó en una corrala marginal de Charleston puede trasladarse al suburbio sudafricano con las mismas coordenadas: la pobreza, la droga, la violencia, el racismo, la segregación. "Y la esperanza", añade Christine Crouse, enfatizando que el operón de George Gershwin concluye con un final abierto a la reconciliación. Igual que en Soweto. O que no sucedió del todo, pues la propia Crouse admite que el montaje de Porgy and Bess podría concebirse igualmente en el contexto de 2015.
"Se ha producido en Sudáfrica un problema de decepción. Hubo grandes avances en nuestra sociedad, pero también se han arraigado motivos para la desigualdad, el clasismo, la pobreza y hasta el hambre. Sigue habiendo los mismos guetos que Gershwin narra en su obra. Y sentimos la orfandad de Nelson Mandela". No puede reprimir las lágrimas Crouse cuando evoca a Madiba. Y no se apropia de la orfandad. La considera característica de una sociedad que ha descuidado el mensaje conciliador del presidente sudafricano. "Frente al apartheid, Mandela optó por el perdón y por la inclusión. Inculcó la conciencia de la compasión. Evitó el peligro de una sociedad parcelada, incapacitada para convivir, pero su ejemplo se ha ido desdibujando, al mismo tiempo que se han exagerado las diferencias".
Desde esta perspectiva, la Compañía de Ópera de Ciudad del Cabo representa una especie de burbuja terapéutica y pedagógica. Es un reflejo de la sociedad mixta bien avenida, y comprometida con una ópera que inmuniza contra la discriminación. Sabía de lo que hablaba Gershwin y sabía de lo que escribía, entre otras razones porque la gran epopeya de la comunidad negra, 'Porgy and Bess', la había escrito un compositor blanco zarandeado en la discriminación. Porque era un inmigrante de origen ruso. Porque era judío. Y porque la comunidad académica observaba con recelos sus ambiciones de escribir música seria. Se explica así que Gershwin pidiera a Ravel convertirse en su alumno, aunque la respuesta del francés debió tranquilizarlo: "¿Por qué quiere usted convertirse en un Ravel de segunda mano si es un Gershwin de primer orden?".
El maestro Tim Murray, director musical de las funciones madrileñas, comprende el entusiasmo de Ravel. Y sostiene que Porgy and Bess es una de las obras maestras del siglo XX gracias a su audacia, sensibilidad, corpulencia y hasta trasunto visionario, aunque también admite que el hit de Summertime ha arriesgado a eclipsarla. "La ópera es un caleidoscopio en el que podemos reunir la música académica y el jazz; podemos escuchar a Ravel y a Schönberg. Podemos percibir los guiños al gran musical de Broadway y al lenguaje vanguardista europeo, pero sobre todo se impone la tensión musical y teatral de un compositor en estado de gracia".
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