Probé ayer por la tarde mi moto, una vez implantado en ella el nuevo kit de transmisión, bajando a Santa Cruz para comer en casa de mis padres. Resultado: excelente, va de maravilla. Más suave, con una cadena ligeramente más ancha y con más tracción, o al menos a mi así me lo parece. Aparcada quedó junto a una preciosa y sobria Harley plateada y negra, y la noté feliz al regresar a casa.
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