Desde el domingo sabía que Pedro Zerolo estaba ya muy malito, así fue exactamente como me lo dijeron; "muy malito", qué mal rollo da escuchar esa frase. Esta mañana nos despertamos con la triste noticia de su fallecimiento, ¡maldito cáncer!
Pedro era lagunero, aquí vive parte de su familia, aquí se crió. No compartimos infancia pero la vida nos unió por otros menesteres, sobre todo porque ambos compartíamos un íntimo amigo, una "tía" y otros amigos comunes... Estas últimas navidades teníamos un almuerzo programado con Alejandro, pero a última hora no pudo ser. Lo he sentido mucho por él, por su marido, por su familia -su padre es una persona muy querida en las islas- y por mi amigo Alejandro, que sé se quedará con un vacío imposible de llenar. Así es esta vida, tantas veces cruel de manera innecesaria.
Todos, repito, todos los españoles, jóvenes y ancianos, hombres y mujeres, gays o no, le debemos una parte importante de los avances sociales de los últimos años en nuestro país. ¿Alguien lo duda? Su compromiso con los homosexuales, con los inmigrantes, con las mujeres, con los más desfavorecidos, es su legado imperecedero. La Historia colocará, ya lo hace, su persona en el lugar que se merece, un político digno de admiración, sin duda alguna. Tristísima pérdida para el país, para las islas y para La Laguna. Descansa en paz Pedro.
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