lunes, 13 de abril de 2020

EL FUTURO DE EUROPA


“Europa solo podrá continuar existiendo si los europeos nos apoyamos mutuamente”
Intelectuales, artistas, economistas y políticos de Alemania y Austria piden a la Comisión Europa la creación de un ‘Fondo Corona’ para asumir el endeudamiento provocado por la pandemia de forma conjunta.
J. Habermas / J. Fischer / M. Von Trotta y 70 firmas más 10/04/2020

Los y las arriba firmantes dirigen directamente este llamamiento a la Comisión Europea.

En los últimos días se han contabilizado en Italia y España miles de muertes por coronavirus. En Italia han sido 1.000 los muertos en las últimas 24 horas y en España, 800 [principios de abril]. Estas noticias no provienen de otro planeta o de un continente alejado del nuestro. Las cifras nos llegan desde nuestros países vecinos, a los que estamos unidos. Nosotros, los autores de este texto, pertenecemos a los que aman la cultura mediterránea. Pero no es necesario amar esta cultura para horrorizarse por el tamaño de la destrucción que el coronavirus está dejando en estos países.  

La pandemia ha dado lugar en toda Europa a testimonios impresionantes de ayuda mutua y de solidaridad. Miles de jóvenes se prestan como voluntarios para ayudar a los mayores confinados en sus viviendas. El Land de Sajonia está acogiendo pacientes graves de Italia afectados por el coronavirus. El Sarre ofrece ayuda a pacientes franceses que no han tenido acceso a los cuidados necesarios. Otros bundesländer, así como el Estado Federal, también están ofreciendo su apoyo. Se está instaurando un nuevo clima. La disposición a ayudar, la empatía y la esperanza son cada vez más populares. 

Sin embargo, por lo que concierne a la cuestión decisiva, los países del norte responden a sus hermanos y hermanas del sur con reticencias. Rechazan la propuesta de un fondo garantizado por todos los países de la UE, con el cual  sería posible asumir conjuntamente las enormes pérdidas generadas por esta crisis. Este fondo evitaría que el shock que, en principio, va a afectar a todos los países miembros termine por desbordar a aquellos que, antes de esta crisis, ya luchaban contra una alto endeudamiento público.   

Por esta razón, la Comisión Europea debería establecer un “Fondo Corona” que esté en condiciones de endeudarse en los mercados de capital internacionales a largo plazo. Desde este fondo fluirían los recursos en forma de transferencias a los Estados miembros. Gracias a este dispositivo se impediría que aumentara el endeudamiento de cada Estado miembro. El fondo obtendría del presupuesto común europeo los recursos para subsanar los intereses ligados a esa deuda.

El fondo que proponemos no debe confundirse con el modelo de los eurobonos que se propuso como solución a la crisis del euro entre 2010 y 2012. En el caso de los eurobonos se trataba de establecer una responsabilidad conjunta por una parte importante del endeudamiento nacional anterior a la crisis financiera. En el caso de los coronabonos se trataría de asumir la responsabilidad conjunta del endeudamiento de los próximos meses. Se trataría de una medida temporal que permitiría a Italia y a otros países en riesgo existencial sobrevivir a esta crisis, así como a los meses que la seguirán. Negarse a hacer algo significa omitir nuestro deber de ayuda.  

Nos cuesta sobremanera entender por qué la canciller y el vicecanciller alemanes muestran tantas reservas frente a este paso tan necesario para la solidaridad y estabilidad europeas. Nuestra solidaridad también está ligada a una conciencia común sobre esta crisis. En el momento presente, tenemos que encontrar fórmulas que dejen claro que vamos juntos de la mano, que estamos todos “unidos por el hechizo”, tal como reza nuestro himno. ¿Para qué puede servir la UE si en tiempos del coronavirus no muestra que los europeos se apoyan mutuamente y luchan por un futuro común?  No se trata tan solo un deber por solidaridad, sino que también responde a nuestro propio interés. En esta crisis estamos todos los europeos en el mismo barco. Si el Norte no ayuda al Sur, entonces no solo se perderá a sí mismo, sino también a Europa. 

Se unen al llamamiento: 
Johanna Adorján, Adriana Altaras, Aleida Assmann, Jan Assmann, Sibylle Berg, Manuela Bojadžijev, Nora Bossong, Emma Braslavsky, Sonja vom Brocke, Heinrich Detering, Heinz Drügh, Carolin Emcke, Yannic Han Biao Federer, Gunther Geltinger, Dietrich Grönemeyer, Sabine Hark, Josef Haslinger, Jakob Hein, Wilhelm Heitmeyer, Julia Holbe, Rahel Jaeggi, Hilary Jeffery, Dirk Jörke, Esther Kinsky, Wolfgang Kaschuba, Jörn Klare, Albrecht Koschorke, Claus Leggewie, Svenja Leiber, Stephan Lessenich, Sibylle Lewitscharoff, Steffen Mau, Kristof Magnusson, Ethel Matala de Mazza, Thomas Meinecke, Eva Menasse, Robert Menasse, Christoph Menke, Robert Misik, Oliver Nachtwey, Falk Nordmann, Christoph Nußbaumeder, Claus Offe, Christoph Ransmayr, Moritz Rinke, Hartmut Rosa, Sasha Marianna Salzmann, Frank Schätzing, Wilhelm Schmid, Peter Stamm, Dorian Steinhoff, Mark Terkessidis, Philipp Ther, Stephan Thome, Uwe Timm, Joseph Vogl, Michael Wildt, Hubert Winkels, Roger de Weck, Thomas Winkler, Michael Zürn. 

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