Esta semana pude estar en Gran Canaria desde el jueves por la noche, pues había dejado lista ya mi visita de obra de rigor y algunas cosas que quedaban por hacer. Quería desconectar y la mejor forma es siempre coger un avión y alejarme de Tenerife. Fuimos a ver "Asesinos de élite", muy floja pero entretenido, creo; había tenido un día tan pesado y estaba levantado desde las 5 de la mañana que me dormí en algunos momentos. No se puede ir al cine con sueño, está claro, y menos a la última sesión.
Para el sábado teníamos entradas para el concierto de Ara Malikian en el CICCA de la Alameda de Colón, en Las Palmas de Gran Canaria. Violín y danza contemporánea, una maravilla, con música de Paganini. El virtuosismo de Malikian es increíble. Después cenita cerca, buena conversación y a la cama.
Ayer domingo por la tarde de vuelta a Tenerife y gospel por la noche. Llegué sobre las 7 a La Laguna para darme un garbeo por la ciudad, iluminada y bulliciosa. No parecía un domingo, estaban las calles del centro como si de una tarde de sábado se tratase, por lo que aproveché para acercarme al Mercado del Arte, cerrado -sólo abrimos en horario comercial- (no entendí nada, ¿comercial dice? ¿y toda esa gente por la calle?). Mercado cerrado, pues paseo por las Calles La Carrera y Herradores, gente, gente, gente. Me tomé un cafecito con un rosquete lagunero antes de ver a Isa para entrar en el Aguere al concierto de gospel: se trataba del "Gospel Shine Voice".
Que me perdonen pero la acústica era muy mala, el grupo estaba desordenado y el sistema de sonido dejaba mucho que desear, de manera que el resultado parecía más un espectáculo de fin de curso que un concierto de gospel. Nos fuimos a la mitad.
Que me perdonen pero la acústica era muy mala, el grupo estaba desordenado y el sistema de sonido dejaba mucho que desear, de manera que el resultado parecía más un espectáculo de fin de curso que un concierto de gospel. Nos fuimos a la mitad.
Al salir aún quedaban los últimos rezagados por las calles, hacía frío y de camino al coche decidimos cenar algo ligerito y entramos en el vietnamita al que solemos ir a menudo. Tallarines fritos con verduras, sopa y rollito fresco. Se acababa es esos momentos el fin de semana.
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