martes, 4 de abril de 2023

LO QUE ODIO, O NO


Odio la política, no, no la odio, ¿o sí? ¿Se puede odiar el aire que respiramos o el agua con la que nos lavamos? ¿y las letras? ¿no será lo que con ellas se escribe? ¿o las palabras que se forman y se dicen? Estoy hecho un lío, me pierdo, me disperso.
Hoy sabemos que el paro ha vuelto a bajar, que no ha estado así desde hace, al menos, 15 años. El Presidente feliz -"a los datos me remito", comenta desde Chipre-, mientras la oposición lo tacha de triunfalista. ¿Alguien entiende algo? o mejor ¿nadie entiende todo?
El empleo sube en España, ¡España!, les pese a los otros, que podrían ser estos mismos estando en el otro lado, por supuesto, porque todo es siempre igual, o casi, sólo cambia el lado del espejo donde se refleja la realidad; y en Estados Unidos, en Manhattan, los partidarios de Trump esperan a que este personaje aparezca soltando perlas como la de "Jesús también fue arrestado por terroristas" o "Están haciendo conmigo como con Mandela".
Esto es lo que escucha uno cuando, sin darse cuenta, enciende la radio del coche, a una senadora norteamericana soltando estas majaderías sin cortarse un pelo. Maldita fanática, pienso, pero ¿cuánta gente se habrá congregado frente al palacio de justicia por este asunto de Trump? Por cierto, el primer presidente de EEUU que va a ser juzgado en la historia del país. Otro dato empírico, como la bajada del paro. 2+2.
Saltando de la alta política al arte, me encuentro con una interesante exposición en los Teatros del Canal madrileños: Máquina Orgánica. Entrevista el periodista, un tal... no-me-acuerdo, a alguien que parecía ser el comisario, un francés hablando en el inglés más afrancesado del mundo, para seguir con un español que publicitaba su espacio en la exposición y que se despide con un "gracias a todas", no sé si para polemizar, para reivindicar o porque, salvo el entrevistador, que a todas luces era un hombre, todas las que estaban delante fueran mujeres: cámaras, iluminadoras, etc., que podrían serlo. La nueva (a)normalidad es ésta, no la post COVID.
Pedro Sánchez, Feijóo, Trump y el artista que agradece a todas, imposible silogismo de 4 proposiciones, me acompañan hasta llegar a casa donde, raudo, apago el motor del coche y, por consiguiente, también la radio y, aunque el sol no brilla ya, aún es de día, o no. Falacias, que dirán.
Soha, *Mil pasos.

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