Me he regalado un fin de semana para mi, en casa, mis perras y yo. Después de una semana dura -sobre todo los dos últimos días-, necesito cargarme de energía positiva, de esa que ya casi no queda, la misma que busco dónde recargarla pero que no encuentro. La catarsis cuesta cada vez más, ¿Dónde estarán aquellos tiempos que bastaba con mover muebles y cambiarlos de lugar? Hay cosas que siguen siendo sencillas, pero me temo que no suficiente: cortarse el pelo, una larga ducha, dormir un día un par de horas extras, etc., incluso salir de compras, aunque reconozco que esto último hace años que no me produce placer alguno. Saber lo que necesito lo sé, y realmente es tan sencillo como dar el paso y hacerlo, pero como tantas otras cosas en la vida lo difícil es tomar la decisión, y no lo digo como disculpa, es simple cobardía ante el saldo desde gran altura sin saber lo que hay debajo.
El trabajo diario se ha convertido en tragar ruedas de carreta, no solo por su dificultad, sino por las batallas que hay que librar cada día, con le burocracia, con el sistema, con el procedimiento, con los compañeros.; me siguen sorprendiendo algunos por su asertividad, por su facilidad de ayudarte a hacerte más llevadera la jornada, por su apoyo constante, por su positividad; me sorprenden también -ni con los años pierdo la capacidad de asombrarme como si algo lo viese por primera vez- lo contrario, aquellos que confunden el "poder" con el látigo, quien utiliza las amenazas, los soberbios. Pero este es el juego en el que participamos y todos tenemos las mismas fichas para jugar.
Sin mi pareja mi vida es más vacía, nada es fácil, pero la familia, amigos, mis animales y la buena música ayudan. Este fin de semana mi apoyo es el sueño reparador y la lectura. Acabé anoche el libro en el que andaba metido y ahora, después de la ducha y del café, me meteré con el que tengo a la espera. Un domingo entero por delante para seguir subiendo el nivel de energía gasta que mañana vuelva otra vez a empezar a descargarse, esperemos que despacio. Sueño con mis vacaciones mientras saludo al reflejo del espejo con incierta felicidad.
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