sábado, 14 de agosto de 2021

URBANIDAD

Me contaba mi madre en alguna ocasión que en su juventud tenían una asignatura llamada "urbanidad" y que les enseñaba "buenas costumbres". Con los años la asignatura se ha perdido, a la par que las buenas costumbres. El YO imperante ha intoxicado todo en esta vida insolidaria que lleva nuestra civilización. Un buen momento para leer "Ensayo sobre la ceguera" de Saramago, siempre de actualidad.
Encontrábame esta mañana en Decathlon, después de un frugal desayuno y a la temperatura que prevén altísima los agoreros del tiempo, para comprar un par de cosas pendientes cuando, al entrar al aparcamiento, vacío dada la hora tempranera, me percato de que el coche que me precedía, ante la amplísima opción para aparcar -literalmente todo el aparcamiento a su disposición-, continuaba incomprensiblemente hasta la entrada de la tienda sin aparcar; irá a dejar a alguien, pensé yo ingenuo. Acabó por aparcar frente a la puerta, en la zona de aparcamiento para motos, medio coche dentro, medio fuera, ocupando cuatro o cinco plazas. ¡Con un par y sin cortarse un pelo! 
¿Qué pasará por la cabeza de esta gente a la que las normas básicas de buena convivencia les importa nada? Me pregunto si no sería una buena idea reinventar la asignatura y, por ejemplo, convertirla en nociones básicas del código de circulación.
Aterciopelados, "Baracunata".

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