viernes, 22 de abril de 2011

MALA ÉPOCA

Estamos en Semana Santa, sí, y dejando aparte beaterías religiosas es también una época para descansar, desconectar del trabajo y no dar golpe. Bueno, me refiero a disfrutar con un buen libro, con los amigos, una buena excursión, un paseo en moto, con los perros, ya me entienden. Yo, dentro de lo que cabe, no me debo quejar, pero en vez de estar tirado viendo alguna serie o disfrutando del libro Éxodo, de Leon Uris, que es con el que ando metido ahora, me he traído trabajo del Ayuntamiento para adelantar algo en casa. Sé que ésta no es la solución, sí, pero cuando llego a mi oficina en La Esperanza con trabajo hecho me siento más liviano, aunque sea la pescadilla que se muerde la cola. Al final trabajo durante la semana, trabajo los fines de semana, trabajo, trabajo, trabajo. Y vuelvo a decirlo para que no me malinterpreten, soy afortunado (según parece).

¿Saben qué me apetece? Pues echarme a la calle en Manhattan cual Holden Caufield y dejar que pasen las horas. Me iría a dar un garbeo por Central Park, a ver patinar (bueno, imagino que ya habrá empezado el buen tiempo y que la pista habrá cerrado, así como la del Rockefeller), cruzaría el puente de Brooklin o me sentaría en un banco de Union Sq. o en el borde de la fuente de Washington Sq. ¿Y para cenar? pues tranquilamente en un mexicano del Greenwich... aunque no estaía mal un japonés también.

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