lunes, 9 de septiembre de 2013

SOY ESPAÑOL, ¿A QUÉ QUIERES QUE TE GANE?

La autocomplacencia española es tan grande que unos segundos antes de que el COI dejara fuera a Madrid, en la primera vuelta de las votaciones, ante Estambul, una ciudad de un país, Turquía, donde el Primer Ministro Erdogan prometía hace poco, en la ciudad de Rize, construir piscinas olímpicas separadas para hombres y mujeres "con el fin de evitar que los jóvenes adquiriesen malos hábitos". 
Escribí un pequeño comentario en el blog Diario de un ateo a colación de la posible elección de Madrid para las Olimpiadas 2020: El sábado nos bombardearon todo el día con la HORA D, como si el que Madrid fuera la designada como sede olímpica fuera la respuesta a todos nuestros males, la vacuna del cáncer o del VIH, el final de la crisis... Esta soberbia española que nos dice que nos lo merecemos todo, esta cortina de humo recurrente a la que los políticos y las televisiones (sus televisiones) echan mano cuando quieren -panem et circences-, se topa algunas veces con la realidad: que no somos el ombligo del mundo, que siempre no tenemos lo que queremos, que sacar en procesión al Príncipe y a su consorte no es la panacea. Es una obscenidad hablar de las Olimpiadas en España, nuevamente, mientras el país se desangra, una generación huye allende los mares, los recortes se multiplican y el país, pasito a pasito, va desandando el camino recorrido en estos últimos años de democracia. Ha sido una bofetada sin manos a todos estos dirigentes que creen que el poder absoluto (absolutista me atrevería a decir) del que disfrutan en España lo pueden ejercer también fuera, y no señores, las cosas no son así.
¡Pan y circo!, repito.
Por cierto, sentido del humor seguimos teniendo, no cabe duda. 



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